Estoy segura que lo más lindo de mi niñez fue tener una hermana. Mi hermana Liz es solamente un año y siete meses menor que yo, así que cuando éramos niñas todos pensaban que éramos mellizas, sobretodo porque yo era medio flacucha y chiquita y mi hermana bien remachadita y grandota como si a mí me hubieran hecho en borrador y a la Chini en limpio.
De las primeras muñecas que me acuerdo claramente es de unas muñecas de trapo patilargas que teníamos cuando vivíamos en Cochabamba. La mía tenía el pelo de lana azul. La de mi hermana Liz, el cabello de lana roja. Eran casi de nuestro tamaño y jugábamos con ellas todo el día. El juego empezaba siempre con un “che” y la otra tenía que responder “qué che” y así se iniciaban los diálogos interminables, donde las “che – qué che” correteaban por toda la casa y hacían toda clase de travesuras.
Después llegaron las “Susis” unas muñecas brasileras equivalentes a las Barbies, pero sin esa pinta de estrellas porno, pues no tenían la cintura tan estrecha ni los pechos tan grandes. Las Susis tenían una cara angelical. Mi prima Ceci (que esa época era hija única) tenía a sus muñecas Susi en sus cajitas, perfectamente vestidas con el atuendo original y con olor a tienda. Las muñecas Susi que teníamos mi hermana y yo daban la impresión de haber sido bastante “jugadas”: con ropa que les comprábamos en la feria de Alasitas, o que les hacíamos nosotras con retazos de tela que nos daba mi mamá, peinadas hasta quedar casi calvas, bañadas hasta que se les enredaban las pestañas. Esas muñecas tenían cada día una aventura diferente: eran doctoras, oficinistas, inventoras, se casaban con los osos de peluche, tenían una pastelería, una tienda, escalaban el Illimani. Casi nunca repetíamos juegos. Con esas muñecas jugábamos hasta quedarnos tiesas y dormidas. Mi favorita se llamaba Mariela, era pelirroja y usaba unos zapatos dorados con plataforma, bueno eran los únicos que quedaron en pares en realidad después de tanto juego.
Mi hermana Liz siempre tenía un muñeco bebé que era el más mimado. El primero del que me acuerdo es de un muñeco bebé con el cuerpo tan desgastado por tanto apapacho que mi mamá le hizo un mameluco y quedó como una botella con cabeza de bebé. Ese muñeco se llamaba “Oskarín”. La Chini (mi hermana) besaba tanto a ese muñeco que le dejó la cara brillosa como barnizada y le borró el iris de los ojos, así que de vez en cuando mi papá le pintaba los ojos con bolígrafo. Después del “Oskarín” vino “la Carmencita” una muñeca de trapo a la que una vez le lavamos el cabello con jaboncillo y le dejamos una especie de rasta café en la cabeza. Sin importar su apariencia mi hermana adoraba a su Carmencita. Después de un tiempo le regalaron un muñeco “bebé” al que lo llamamos Sergio. Con el Sergio era divertido jugar, pues para esa época yo ya no quería saber más de muñecas, así que yo era la tía de todos los muñecos y mi hermana, la mamá. Con el muñeco Sergio jugábamos y reíamos hasta decir basta. Era mi “sobrino” más querido.
Pero no solamente jugábamos con muñecas. A veces jugábamos con las hebillas y agarrapelos que guardábamos en una lata de chocolates Macintosh, o con los zapatos de tacón de mi mamá, donde las chicas lindas eran los zapatos de taco aguja y las malvadas los zapatos de plataforma. Alguna vez nos disfrazábamos con la ropa de mi mamá, nos pintábamos a escondidas con su maquillaje y cuando a mi papá se le dio por fumar pipa, armábamos unos cigarros con hojas de papel de cuaderno, las rellenábamos con tabaco y los prendíamos con fósforo. Aprovechábamos la hora en que la Margarita estaba lavando ropa y mi hermanito Oskar durmiendo la siesta. Nunca pudimos fumar de verdad, pues armar cigarros no era tan fácil como lo hacía parecer el gato Tom (de Tom y Jerry) cuando tenía alguna aventura texana.
Otro juego de los favoritos era Tele Match, copiando un programa de concursos y competencias entre dos pueblitos alemanes producida entre finales de los ’70 y principios de los ‘80 que pasaban por nuestra tele en blanco y negro. Para jugar Telematch aprovechábamos el living y el comedor que nos parecían enormes, saltábamos vallas armadas con pedazos de lana, dábamos cincuenta vueltas alrededor de la mesa del comedor, cargábamos pelotas y juguetes de un lado a otro y un largo etcétera. El juego terminaba por lo general con alguna sacada de mugre: o porque alguien se caía o porque peleábamos.
Si no estábamos jugando, estábamos haciendo alguna sonsera, como una vez que pintamos las sillas del comedor de diario primero con acuarela, y luego con una pintura al aceite blanca que mi papá dejó muy al alcance de nuestras ociosas manos, o cuando arruinamos unos cassetes de mi papá y de ocultas nos escapamos hasta un río que quedaba como a cuatro cuadras de mi casa para botar los cassetes y no dejar ninguna evidencia... y así... ennumerar las travesuras daría para largo.
Con lo poco cachivachera que soy, lo único que guardé de cuando era niña es un oso de peluche. Este oso tiene una pinta antediluviana, fue fabricado en un país que ya no existe y tiene como única gracia sentarse en mi cama todo el día esperando a que mi choli y yo lleguemos para luego pasar la noche en una de las mesitas veladoras.
La niñez dura un suspiro, pero los recuerdos se quedan por mucho, mucho tiempo en la memoria. Por suerte.
17 comentarios:
Lindo regreso che!!!
Ah, y gracias por compartir tus recuerdos de infancia, pues mientras los leía yo recordaba los míos... Espero poder escribir alguna vez al respecto... Ya veremos.
Que lindos recuerdos que me has inspirado amiga mia! yo tambien tenia mi muñeca Susi, con su cocinita y mesita y hamburguesitas miniatura de plastico..y tambien veia Tele Match. Con mi hermana (2 años menor que yo) jugabamos a "la Marta y la Carmen"..ella era la Marta y yo era la Carmen...realmente que linda niñez que he vivido, llena de aventuras para recordar. Gracias por escribir sobre algo tan bonito :)....
(PD ah soy BendaBudim del tuiter)
Jaaa me jalaste varias sonrisas con este post :)
Con mi hermana tenemos una diferencia de 1 año y 3 meses exactamente (yo soy la menor), así que me senti muy muy identificada con esto que compartiste. Los juegos de muñeca, los obstáculos en la sala jajaj, las alucinadas cuando nos daba miedo cuando nos traten nuestros papás por alguna travesura, y otras mil cosas.
También tengo un hermano mayor por tres años, que quedaba enroscado más de lo que quería en nuestros inventos ja xD
No me imagino la vida sin mis hermanos.
Te mando un abrazote! :)
¡¡Vania querida volví por tu espacio!!
Qué capacidad de recordar, y tan lindos recuerdos, muchas personas tienen esa facilidad de recordar la niñez, será porque la vivieron tan intensamente y de una manera tan feliz que no hay bloqueos en el cerebro? (es una hipótesis mía) o será que muchos nos hacemos a los desentendidos. Yo también recuerdo los juegos tan creativos que me enseñaban mis herman@s mayores o bien el hecho de jugar en el jardín de algún amigo, daba la sensación de estar en una jungla de verdad con nuestros GIJOE, a los que les convertíamos en paracaídistas con las bolsas de plástico y unos hilos, o jugar con los envases plásticos de las ampollas medicinales que traía mi madre que incluía como anexos a mis autos de plástico, etc
Qué lindo ese Oso ! si hablara seguro que el tiempo no alcanzara para escuchar sus historias. La niñez tan fugaz pero tan necesaria , y a la vez (a veces) tan distante de nuestros recuerdos, hay que evocarla siempre, hace mucho bien.
Abrazos desde Cocha !!
Cuando no sepas explicarle a tus hijos lo que es la seleccion natural, les lees el primer parrafo XD
No es cierto, gracias por compartir tan lindos recuerdos.
Sin duda alguna este blog es el resultado de una vida plena que se inicia con una niñes completa, hermana, prima, juegetes, juegos y mucha imaginacion.
Gracias por las leeciones para la vida inspiradas en estas lineas.
Geval: Muchos de los recuerdos de infancia de las personas deben ser similares, se los debe sentir lejanos pero a la vez vívidos en la memoria. Espero algún rato compartas los tuyos. Un abrazo.
Benda Budim!! que lindo encontrarte por acá. Las ocurrencias de dos enanas tan seguiditas como nosotras y nuestras hermanas son siempre memorables, si no como pasaríamos las tardes que cuando somos niños son eternas?. A veces pienso que al no tener noción de lo que dura el tiempo cuando somos niños, lo podemos manejar a nuestro antojo. Ahora el tiempo es el que nos maneja a nosotros. Un abrazo, "Carmen" ;)
Nata: Debe ser interesante también ser hijo único, como que tienes que ejercitar más tu imaginación y tu paciencia, pues no es lo mismo jugar con un hermano que con un amigo, un primo o culquier otro pariente. Un trío es lo máximo, claro que en mi trío mi hermano Oskar era un bebé mientras nosotras andábamos en lo mejor de la niñez. Un abrazango.
Erick: la imaginación de uno cuando es niño es alucinante. Así como vos jugabas en un jardín -jungla, nosotros teníamos una casa completa con todos los servicios debajo de la mesa del comedor. Un abrazo enorme hasta la Llajta.
Edgarocioso: jajajajaja maloso. Abrazos hasta el norte del mapa.
Vivencias: Gracias como siempre por tus palabras. Un enorme abrazo hasta la ciudad de los anillos.
Me imagino que con hermanos la cosa es diferente. No es que mi infancia haya sido aburrida, todo lo contrario, pero no guardo recuerdos especiales, quizá porque no tuve un cómplice de travesuras. Y mejor que no lo haya tenido, porque si solito hice tanto despelote, entre dos habríamos vuelto locos a mis padres, tíos, profesores, vecinos, etc. Un abrazo Vania querida (me encantó la carita triste del oso que, por otra parte, ha debido presenciar escenas bastante calientes, ¿no?)
Volviste Vania!!!
Con mi hermano tuvimos una extraña relación de amor-odio. Yo lo quería mucho, pero él no me soportaba :P. Y claro, de pronto pasó él de ser el hijo único a ser el hermano mayor, mi llegada le había pateado el trono y él devolvía gentilezas... y patadas.
Pero aún con todo nos divertimos mucho, jugamos mucho e hicimos envejecer a nuestros papás prematuramente.
Telematch??? Nosotros jugábamos al "hombre nuclear", ahhh y repartíamos los panes que hacía mi mamá a todos lo amigos del barrio, aunque a veces tuvimos que forzar las chapas de los muebles para sacarlos, a los panes... y a los amigos :D
Jajaja el cigarro de Tom y Jerry no funciona, y tampoco se le ven los huesos a los gatos cuando les haces pasar corriente (ni siquera cuando apagas la luz) es un hecho científico.
Buen regreso, Vania.
Abraxos
yo tengo muchos hermanas/os y tambien muchos primos, y todos en algun momento vivimos en la misma casa todo mezclados. los recuerdos de mi ninez estan bastante marcados por la geografia de donde creci y el clima maravilloso (en especial ahora que vivo donde hace un frio de la chingada), lindos recuerdos. me dio nostalgia.
un abrazo!
Hola qué tal? estuve viendo algunas cosas en tu blog. Trabajo con posicionamiendo web y tengo una propuesta de publicidad : 50 euros cada mes por incertar pequeños links de nuestros anunciantes. Son 50 euros mensuales para cada blog que se registre con nosotros.Es compatible con publicidad de google-
Saludos -comunicate-
Que bueno que volvistes se te estraño mucho :)
Muy lindo... muy buenos recuerdos para disfrutarlos y compartirlos...
Un abrazo a la distancia...
el ultimo comentario del estido me mató! jajajajaja
vania tienes muy lindos recuerdos... y ahora yo misma me quede recordando los propios!
perfecto post para las fiestas
un abrazo de oso y mas...
electrobesos
Willy querido: Todas las niñeces tienen algo de magia, con o sin hermanos. Cambiando de tema y respecto a mi pobre oso de peluche, gracias a tu aguda observación ahora ya no pasa la noche en una de las mesitas, sino debajo de la cama o con los ojitos tapados por si acaso, aunque el pobre ya ni se sonroja. Un abrazote!!
Maldadoso: jajaja buenas aventuras las tuyas. Lo del hombre nuclear era un juego interesante. Nosotras éramos las mujeres biónicas, "corriendo" en cámara lenta y todo. En cuanto a los panes y los amigos, me imagino que le han debido sacar una buena cantidad de canas a tu mamá. Un abrazo enorme.
Utópico: Qué alucinante la niñez roeada de hermanos y primos traviesos, y más si creciste en la Llajta con ese clima tan delicioso. Gracias al clima nosotras teníamos que bancarnos medias panty de lana y chompas super gruesas superincómodas para travesear, aunque cuando nos reuníamos con los primos y primas nada era impedimento para que armemos turumba y media en la casa de mi abuelo. Un abrazo utópico.
Joaquín: OK, me comunicaré.
Cuchita: Un abrazo para vos y tus pequeñas hermosas.
Isra: Va un abrazo de vuelta. Qué bueno que pasaste por acá.
Dani: A mí también me dejó con un plop de Condorito jeje. Un abrazote!!
Happy New year 2010.
http://abebedorespgondufo.blogs.sapo.pt/
portugal
Vania, he viajado al rincon del mundo que encierra todos mis mejores recuerdos infantiles, mucho para contar pero a veces creo que poco para sentir ;)
Un beso grande, espero que este año 2010 este lleno de bendiciones para vos y tu famila...
Rumbo a Sucre, Lilyth
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