miércoles, septiembre 30, 2009

SEBASTIÁN


Cuando decidimos traer al mundo al Sebastián, muchos pensaron que éramos un par de inconscientes. Yo había dejado mi primer laburo para terminar mi Tesis, nos estábamos mudando a otra ciudad donde no teníamos a nadie, mi Rodri tenía apenas un año y para rematar teníamos un ingreso que cubría con las justas nuestros gastos mensuales. Así y todo nos arriesgamos pues ni mi marido ni yo concebíamos que el Rodri tenga una niñez solitaria.

Diez años después de ese dos de octubre del ’99 en que nació mi Sebitas, puedo decir con toda la seguridad del mundo que el Sebastián Alejandro (que casi se llama Francisco) es la mejor decisión que hemos tomado en la vida. ¿Cómo sabemos eso? pues porque el Rodri se habría perdido la increíble oportunidad de ser hermano mayor y se hubiera tenido que bancar solito nuestra vejez, porque el Rodri y el Sebas son inseparables a pesar de ser tan diferentes, porque los dos comparten sueños, amigos y travesuras, porque un cuarteto es más divertido que un trío, porque los campeonatos de lucha libre con solo dos luchadores deben ser sumamente aburridos (tres luchadores: papá, Rodrigo y Sebas, ya son multitud), porque nos sentimos completos con los dos enanitos en nuestras vidas.

Lo más lindo de mi negrito son sus ojos: expresivos, coquetos, brillantes como dos estrellas. No necesita hablar, sus ojitos lo dicen todo, esos ojitos enmarcados en esas espesas cejas (cuando el Sebas tenía dos añitos no podía decir “cejas” y decía “sajas”) y con esas ojeritas que le dan el toque perfecto. Esos ojitos todavía me miran a mí, su mamá, como si fuera la quinta maravilla, con tanto amor que quisiera congelar esos segundos en su mirada toda una eternidad.

El verme en esos ojitos de estrella es una de las cosas más hermosas que ha podido sucederme en toda mi existencia. Nunca me siento más querida que cuando esos ojitos morenos me miran desde el alma. Quien sabe solo reflejen el infinito amor que le tengo.

¡Feliz Cumpleaños mi negrito hermoso!

miércoles, septiembre 23, 2009

DE CASAS Y HOGARES - Parte I

Foto: Ignacio Zanet

Los lugares donde vivimos siempre son especiales. Cuando nos vamos dejamos en los rincones parte de nuestra energía y nos llevamos pedazos, olores, canciones, sensaciones del lugar en nuestra memoria.

La primera casa donde recuerdo haber vivido era grande y tenía una higuera en el patio. Cuando llovía, montones de sapos hacían una ronda alrededor del tronco de la higuera y croaban sus mejores canciones. Mi papá se ponía histérico y no quería salir por nada del mundo porque tiene pánico a estos pacíficos pero desagradables anfibios. Los vecinos con los que me acuerdo jugábamos toda la tarde eran "el Jerry" un changuito de ocho años que vivía con su mamá y su abuela y "la Romané" una niña de 6 o 7 años que estaba cambiando los dientes (k'asa ventana). La Romané vivía con su abuela, Doña Carlota, que era la dueña de la casa. Doña Carlota arrastraba uno de los pies al caminar y tenía una cara que nos asustaba, pues parecía siempre dispuesta a darnos un cocacho o jalarnos de las trenzas. Mi hermana tendría como dos años, yo, cuatro.

Al año siguiente nos trasladamos a otra casa cerca de mi Kinder, en La Recoleta. Esa casa era más cómoda. Había un árbol de pomelo (o varios) y las puertas y ventanas tenían malla milimétrica de color verde. Era una casa de una sola planta y a las siete de la noche, todas las noches, se escuchaban las campanas de la Recoleta, empezaba "el pájaro Loco" en la tele en blanco y negro y mis papás llegaban de la oficina. Esa casa tenía un bonito jardín que mi hermana y yo disfrutábamos al máximo, menos cuando la dueña de casa, Doña Cela, una cruceña gruesa y amable, soltaba a sus perros que eran horribles: el "Caín" y el "Sansón". El Caín era un perro criollo negro y (nos parecía) gigante. El Sansón era un boxer con cara de pocos amigos que una vez atrapó a un ratón y lo dejó a medio morder en el jardín. Esa casa viene a mi memoria con el fondo musical de "I Love to Love" de Tina Charles.

Al terminar ese año volvimos a La Paz a la casa de mis abuelos paternos, donde yo, cada que podía peleaba con mi abuela Bertha como deporte. Esa época, mi abuela tenía una peluquería, o "Salón de Belleza" como ella le llamaba. En las tardes, después del colegio, me iba a husmear para ver quiénes estaban en el mentado salón y cómo transformaban a viejas feas en viejas pasables. Quedaron en mi memoria ese olor a aerosol para cabello (que venía en envase celeste con dorado) y la tibieza del ambiente gracias a esas secadoras de pelo gigantes que se usaban en esa época. Ni qué decir de las "fotonovelas", las revistas "Buen Hogar", "Vanidades" y el olor al café que invitaban a las clientas mientras chismeaban a gusto. El fondo musical: "Dónde están tus ojos negros" y "Cara de Gitana" canción que mi tía Ruth (que ayudaba a mi abuela en la pelu) coreaba con alma vida y corazón. De esa época también son Supertramp con su "Logical song" y muchas canciones que mi tía Carmiña ponía a todo volúmen en el segundo piso de la casa y que cuando las oigo al tiro me hacen recuerdo a ella con zapatos de plataforma.

La vida en esos años no solo eran canciones, era también miedo, toques de queda, cortes de luz, disparos. Una noche dispararon a la pared de mi casa y la dejaron llena de huequitos. La democracia todavía no se había consolidado, así que había que decir amén ante el gorila de turno que nos tocaba como presidente.

Continuará... cuando me de tiempito otra vez.

viernes, septiembre 11, 2009

PSICOLOGÍA INVERSA



Rodrigo - Porqué tenemos que tomar sopa dos veces a la semana!!! qué tiene de bueno la sopa!!

Yo - Es más saludable que la leche querido, así que tomá nomás tu sopita.

Rodrigo- Quién dice?? de cien personas las cien te van a decir que la leche es buena para la salud!! pero la sopa??

Yo - De esas cien las cien deben creer que la Virgen murió virgen, pero bueh... si quieres quedarte enano devolvele el plato a la Olguita y listo, qué tanto drama.
...
...
...
Rodrigo - (Sentándose a la mesa, agarando su cuchara y empezando a tomar su sopa con cara de resignación) Tu psicología inversa funciona.


jueves, septiembre 10, 2009

EL REGALO DE LA PACHAMAMA



Kunturi es un niño de trece años que vive en el Valle Coquesa, en las cercanías del salar de Uyuni. Kunturi juega en los trenes abandonados con sus amigos (deben haber pocos lugares en el mundo tan hermosos para jugar), va a la escuela (luego de caminar horas) y ayuda a su padre en las labores de extracción de sal, labor bastante pesada y sacrificada. Vive con sus padres y sus abuelos, quienes tienen un sembradío de quinua desde siempre. En la época de siembra, la abuela se enferma y no sobrevive, así que el abuelo debe quedarse en el pueblo cuidando los sembradíos y las llamas y Kunturi debe reemplazarlo en la "ruta de la sal".


"La ruta de la sal" es un viaje que realizan algunos pobladores de las cercanías de Uyuni, llevando cargas de sal a lomo de llama y recorren una serie de pueblos durante tres meses para intercambiar la sal por productos del valle (verduras, ají, maíz...). Esta travesía es muy importante, puesto que si bien ya hay pobladores que realizan el recorrido en camiones, hay lugares inaccesibles para cualquier clase de vehículo y sólo se puede llegar a pie. El padre de Kunturi es uno de los pocos que todavía recorre esta ruta de la forma tradicional.

El viaje de Kunturi y su padre por esta ruta es una larga ceremonia de iniciación, un viaje desde la niñez hacia la juventud.

En los tres meses de viaje, Kunturi aprende de vivencias muy intensas afrontando y aceptando sentimientos totalmente nuevos para él, como el dolor de perder seres queridos, la verdadera dimensión de la generosidad de su padre y de sus antepasados, la solidaridad con las personas que los necesitan, el "no robes, no mientas, no seas flojo" (amasua, amallulla y amaq'ella), el amor en los ojos de Ulala, la niña que conoce en la población de Macha y finalmente la entrega y la veneración a la Pachamama, no solamente con el ritual del Tinku, sino con ese saberse hijo de la madre tierra y estar agradecidos con todo lo que de ella proviene, respetando a todos los seres vivientes.

Hay muchísimo más por (d)escribir de esta película, como los hermosos paisajes norpotosinos, la música -tener la voz de Luzmila Carpio de fondo es un verdadero placer para los sentidos- la dulzura del idioma quechua, la inocencia tan auténtica del amor adolescente y sobretodo la presencia omnisciente de la madre tierra, aquella que da vida hasta en los ambientes más agrestes.

martes, septiembre 01, 2009

INFOCOMERCIALES


El Domingo que como nunca estaba sola en la casa, empecé a hacer zapping por todos y cada uno de los canales (el control remoto era mío!!!), pero olvidé un pequeño detalle: un 50% de los casi cien canales del TV Cable estaban saturados con "Programas Pagados", es decir publicidad "¡¡¡llame ya!!!"de productos que pueden solucionarte la vida, como máquinas depiladoras para que no te confundan con la esposa de Chimpandolfo, seiscientos aparatos para abandonar la guata y parecerse a la Halle Berry ejercitando los andominales durante cinco, sí, cinco minutos al día; aspiradoras que sacan el polvo hasta de tus orejas (con un dispositivo especial que viene como regalo) sin mucho esfuerzo, cremas, píldoras, ungüentos, líquidos de varios colores que te adelgazan mientras ves la tele, paseas al perro, aspiras la casa, estás en la oficina, duermes y un infinito etcétera.

Lo peor es que absolutamente todas estas publicidades tienen exactamente el mismo formato:

Escena1: Persona infeliz con su gordura/abdomen voluminoso/vellosidad cavernícola/más callos en los pies que árbol centenario/ trasero chorreado hasta las pantorrillas, etc. tratando de utilizar productos "no pensados para su satisfacción" que les hacen la vida miserable.

Escena 2: Usan el milagroso producto tan cómodamente que ponen cara de estar en el cielo (imagínense a una mina con cara de orgasmo arreglándose los callos de los pies con un Ped Egg)

Escena 3: La misma persona aparece con un abdomen de acero/ una piel de mármol sin un solo pelo ni pelusa en las piernas ni cara/ pies delicados como los de la Cenicienta/ trasero casi en la espalda de lo levantado y firme... y una cara de felicidad que ya no ya (a la mina del Ped Egg no le importaría si la deja el marido, si el hijo decide laburar de stripper, si se muere su perro, ella es feliz con "ese"producto pensado para su satisfacción).

Lo único bueno de los infocomerciales es que te obligan a aprovechar tu tiempo en cosas más útiles, así que apagué la tele y me dediqué a leer el periódico de pé a pá (hasta los necrológicos) y a ordenar mi cocina. Total, nunca he creido en esas fórmulas de felicidad instantánea en cubitos televisados ni demás niños envueltos.
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