TÉ BOTOX

Verse bella es cada día más importante. No importa si tienes que someterte a crueles dietas en las que –por ejemplo- tienes que tomar tres litros de agua al día y un kiwi como único alimento, o tienes que ejercitar en el gimnasio hasta perder el conocimiento. NO. El precio de verse como una Top Model es ese. Lo triste es que aunque a veces te mates en el gimnasio y no comas más que un pedazo de apio al día, la naturaleza no te ha dotado de ciertos encantos. En esos casos, todavía existen las cirugías.

Como las cirugías no son algo que puedes costear cada mes, a menos que estés casada con un millonario, hay mujeres en mi ciudad que han encontrado una interesante forma de prestarse plata sin intereses para verse más bellas con ayuda del bisturí: el pasanaku - botox.

El procedimiento para organizar un pasanaku - botox parte de una premisa muy importante: todas tenemos amigas que venderían el alma al diablo por tener una cintura de abispa, por respingarse la nariz o por dejar de parecer rodilla de elefante (por lo arrugadas) y tener la piel lisa como las nalgas de un bebé. Ojo, no necesariamente tienen que ser las más desafortunadas en cuanto a lo que no les ha regalado la genética, sino las más valientes (léase vanidosas) y con plata, pues - repito - una cirugía no es tan barata que digamos. Una vez que has hecho una lista tentativa de tus amigas que pueden entrar al pasanaku, las convences de invertir su platita en tener los labios de Angelina Jolie, la nariz de Nicole Kidman, la cintura de Natalie Portman o el busto de Pamela Anderson; todo eso con un “plus”: una rellenadita con botox.

Y bueno, yo que tengo la edad en que ya la gravedad está obrando su tarea y gracias a mi muy expresiva forma de ser tengo buenas arrugillas y sobretodo líneas de expresión, soy mariconísima para someterme a cualquier cosa de las anteriores. Por el momento prefiero arrugarme con dignidad, tener un salvavidas en la cintura (ya me encariñé con ese rollito), y un largo etcétera. Lo más importante: por el momento prefiero disfrutar de comer lo que me gusta, reír hasta que se me termine de arrugar lo que resta de cara y mantener mis ojeras de turco para poder llorar como descocida cuando me de la gana.

Aunque… si alguna vez no se dan cuenta si estoy triste, alegre, pensativa, asustada o cagada de la risa y mantengo todo el tiempo una sonrisa de la "Mona Lisa", quiere decir que mi vanidad me ha vencido y que he caído rendida ante un “Pasanaku Bótox.”