jueves, febrero 12, 2009

UNA VEZ AL AÑO.

Solamente una vez al año se siente ese olor delicioso a papel y tinta de los libros nuevos, el olor a madera de los colores, la perfeccion sin “orejas” de los cuadernos sin usar. Una vez al año se tiene que forrar todos esos cuadernos sin orejas y libros con aroma delicioso, así que es mejor:

1. Armarse con todos los materiales.

Papeles de colores, cinta diurex para pegar, un plástico no muy ordinchi (sino no dura más que medio año), etiquetas, tijeras, marcador micropunta negro o azul y sobretodo una paciencia de santo y una concentración total para no confundir nombres y cursos de los niños en los cuadernos y libros.

En mis épocas antediluvianas, las mamás forraban todos los cuadernos con papel madera y pare de contar. Ahora se les ocurrió que cada materia se forra de un color distinto: Lenguaje-amarillo, Matemáticas-azul, Ciencias de la Vida-verde, Inglés- fucsia, Moral-morado (creo que era de cualquier color, pero a ver convenzan al chinchoso del Sebas: imposible), Música-anaranjado…eso sin contar con que muchas de estas materias tienen carpeta, archivador, libro, libro de prácticas, así que el kilombo se multiplica por cuatro.

2. La buena música.

Es imprescindible para acompañar el forrado, sino es una tortura silenciosa.

El miércoles anterior teníamos sintonizado el programa “La inaudita” de Adriana Aramayo , en la 103.3, donde pasan música experimental interesante, pero como que no es un tipo de música que uno escucha todos los días. El programa del miércoles anterior era sobre música minimista (o minimalista). Como mi hermoso aparato de radio tiene averiado hace casi un año el CD player, y al Rodri le dio una soberana flojera cambiar de radio empezamos a escuchar el programa y a imaginarnos historias según la música. La primera canción (que duraba como 16 minutos) terminó como la historia de una niña sorda con un vestido rosado en un columpio. La niña iba mirando el paisaje sin escuchar el vibrador de su celular que era insoportable, pues alguien la llamaba para advertirle sobre algún peligro. Pasaba el tiempo, la niña columpiaba y el celular vibra que te vibra, hasta que al final llega la fatalidad: un payaso asesino deja caer el celular y rapta a la niña. En la segunda canción nos imaginamos a un murciélago que intentaba entrar a un castillo y pasa mil peripecias hasta entrar a la cúpula y encontrar a sus hermanos murcielaguitos y en la tercera canción nos imaginamos una rana con hipo sentada accidentalmente sobre las teclas de un piano. Nos divertimos muchísimo, tanto que cuando ya era hora de que los chicos duerman me preguntaron si no habría algún CD con este tipo de música para seguir inventando historias raras.

Con los chicos siempre se la pasa bomba, pero por suerte la forrada de cuadernos es solo una vez al año.

11 comentarios:

Caminante dijo...

Acá en México deberían suprimir los forrados de cuaderno y dar chance de usarlos sin forrar ya que hay un montón de opciones con dibujitos en la portada (desde los típicos de color unico hasta mamacitas en bikini).

Digo para después no andar soportando en las juntas del trabajo o en la uni a personas frustadas con sus cuadernitos de Kitty o del Spiderman.

¿en Bolivia les pasa algo parecido?

Don Juan de Sarco dijo...

Afortunadamente en el kinder que está mi ratona no le pidieron forrar nada, pero lo compensaron con una lista de materiales con el doble de cosas que uno "normal" y a parte piden 500 bs para los libros y material didáctico...

Que alucinante escuchar las historias de los hijos ¿no?... mi ratona inventa unas historias increíbles pero nunca las repite y cuando se le intenta filmar se queda mirando la cámara sin decir nada...

Un abrazo. lindo post.

Daniela Otero dijo...

Una SOLA vez al año, porque sino organizaría un movimiento de mamás cansadas del abuso de maestros que no entienden que a quien tienen que dar tareas es a los chicos, no a nosotros.

Gevalher dijo...

Hay un chiste sobre lo que a los chicos les gusta de regresar a clases... Uno de ellos respondió: "Los recreos, las vacaciones y el último día de clases"

Y reconozco que a pesar que me gustaba ir a la escuela, esos también eran mis momentos favoritos, con el añadido del día en que tenía mis nuevos útiles, no hay nada en el mundo que iguale esa sensación de libros nuevos, colores nuevos y escuadras, lápices, gomas de borras, y cuadernos blanquitos, aunque en mis épocas de estudiante los cuadernos eran muy aburridos y todos presentaban la misma cubierta. En cambio ahora me iría al cole con unos de Batman, Superman, Spider-Man, Wonder Woman y así sucesivamente...

Vania B. dijo...

Ocioso: Sí, aquí pasa algo parecido. No sé para que los fabricantes se esfuerzan tanto diseñando las tapas de los cuadernos si igual nomás hay que forrarlos con papeles monocolores y aburridos. Lo que sí me mató este año es que una cierta marca de cuadernos (nacionales) tenía en sus tapas dibujos truchos de "Los Padrinos Mágicos": en vez de la estrella en la punta de las varitas tenían una luna, sus ojos eran diferentes al igual que su ropa. Ni qué decir del trucho-Timmy Turner (poco más y se llamaba Tincho Tapia).

Don Juan: El Kinder es tema a parte. Te piden miles de cosas que te pueden dejar en la quiebra. En cuanto a las historias de los chicos, sí, son alucinantes. Lo malo es que cuentan las historias una vez y luego no quieren volverlo a hacer. Va a ser hermoso cuando tu ratoncita aprenda a escribir. Leer sus primeras oraciones es lo máximo, ya te falta poquito.

Dani: jajaja ya me imagino, estarías a la cabeza de la organización PFEC (Padres Forradores Emputados y Cansados). Ya te veo gritando las consignas del "movimiento".

Geval: Cierto! acabo de acordarme que en nuestras épocas los cuadernos tenían el escudo nashonal en la tapa o sino un dibujo de un soldado de la Guerra del Pacífico (es que cuando entré a 1ro Básico se celebraba el centenario de la Pérdida Marítima") con la leyenda "volveremos a los puertos del progreso". Como que ya pasaron 30 años del asunto y ni vistas de volver a ninguna parte.

Un abrazo a todos y todas.

NiNoSkA NoGaLeS dijo...

no he tenido aun jornadas maratonicas para forrar libros y cuadernos, pero se y recuerdo el bochinche cuando nos tocaba hacerlo con mi mami.... y lo mismo me decia, que bueno que es una sola vez al año... ya imagino mi mami jejeje...
como siempre tus enanos una maravilla!!!!
besitos!

Lilyth dijo...

Mi querida madre es medio artista o revolucionaria jajaj porque yo recuerdo que mis compañeros tenían las carpetas forradas con papel madera mientras que las mías eran con calendarios antiguos de fotos bellas... como fui la ultimita, aprendi a forrar sola mis cuadernos pronto (no es que me quiera quejar jaajaj) y nunca, pero NUNCA quedaron como los que forraba mi mamá.

Besitos Vania!

Nicolás Colque dijo...

Nunca he entendido por qué los niños (o sus padres) deben forrar los libros escolares. Quizás sea para proteger los libros, pero igual sólo sirven para un año, así que no tiene mucho caso. Otra opción es para enseñar a los niños a ser cuidadosos de sus cosas, si es así, tampoco sirve, porque deben ser muy escasos los adultos que, bien aprendida la lección infantil, forren sus propios libros. No se ve que alguien vaya a la librería (o al pirata) a comprarse, por ejemplo, "El código Da Vinci" y antes de leerlo lo forre con papel madera y forro plástico.
Lo del forrado quizás era importante hace 50 años, pero ahora, con las caratulas que ya traen los libros desde la imprenta, es un trabajo absurdo y aburrido, lo que pasa que muchos profesores y directores son como autómatas, traen la instrucción en el disco duro y no la cambian desde el pedagógico hasta la jubilación.

Azael dijo...

uy yo tenía un pinche profesor que me hacia forrar un cuaderno de 3 colores... cómo lo odiaba... y otra profe que hacia forrar por cursos diferentes colores


aaaaa qué genial lo de las historias... era que se me ocurra para que mi mamá no se aburra forrando... es broma...

pero bueno hay cosas espantosas como esas (el forrado) y yo era de los que metía todos los útiles ala mochila para toda la semana... mmm cómo me pesaba

Francisco Pereira dijo...

Me hiciste recordar los años de infancia cuando esperaba con ansiedad la compra de mis nuevos útiles escolares y con ello la elección del forro de los libros, cosa que yo no decidía. Hoy mi hijo escoje y decide todo pero forro. jejeje... benditos sean los hijos

Vania B. dijo...

Ninoska: Tenía una amiga en Santa Cruz que le pagaba 5 (cinco) lucas a su vecina por cada cuaderno forrado, y así se libraba del martirio maratónico de cada año.

Lilyth: Genial tu madre. A veces me dan arranques de creatividad y hago colages en los forros de los cuadernos, pero creo que este año se me agotó un poco. Ya me imagino lo lindos que quedaban tus cuadernos con forros tan originales.

Nicolás: Genial, me reí mucho con tu comentario. La verdad es que hay rutinas sin ton ni son, como la de forrar cuadernos y libros.

Azael: Eso de poner todos los útiles en la mochila para toda la semana era costumbre del Rodri también. Su mochila pesaba como si llevara piedras, pero gracias a que en su nuevo colegio (desde el año pasado) tiene que subir miles de gradas para llegar a su curso, lleva lo necesario nomás, porque sino es un verdadero martirio.

Francisco: Verdad, antes no elegíamos mucho, porque no había mucho para elegir. No sé cómo sería en Venezuela, pero aquí en Bolivia los cuadernos tenían tapas bastante aburridas.

Un abrazo a todos.

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