La mayor parte de la población paceña toma minibús. Los que no lo hacen tienen en las siguientes líneas una lista de personajes imprescindibles con los que uno se topa en el viaje:
La pancha – Generalmente tiene más de cincuenta años, utiliza un peinado de peluquería con un montón de spray para el pelo, un abriguito un poco pasado de moda pero bastante bien cuidado, zapatos con taco cuadrado y cartera con tiro pequeño que agarra con las dos manos delante del pecho. A veces usa lentes de aumento y lápiz labial de un color rojo “scarlet de lo que el viento se llevó”. Hay una gran probabilidad de que la señora en cuestión sea maestra jubilada o ama de casa. Esta señora tiene la especialidad de hacer parar cualquier minibús, esperar a que el voceador le repase dos veces la ruta, por ejemplo “vetnedoctubresanpedrorodriguezgaritacementerio” y luego pregunta: “¿no pasa por El Prado?” (Como para hacerle morder los dedos con la puerta del minibús).
El viejito chocho – Señor de más de setenta años que suele usar traje, corbata y chaleco de lana por más que esté yendo solamente a tomar sol a
La mamá distraída- La mamá distraída por lo general viaja en el primer asiento de la fila a mano izquierda (al lado de la ventana). Lleva una bolsa y/o aguayo enorme y a dos niños menores de cinco años que suelen tener los mocos saliendo de la nariz y/o suelen comer plátanos o mandarinas embarrando todo lo que está a su alcance mientras su madre mira cansada el horizonte por la ventana con los ojos perdidos y melancólicos.
El hombre/celular: Señor treintañero o cuarentón que por lo general es empleado público o tramitador. Suele ser un poco gordito, usar un terno plomo, medias blancas, no usa corbata y usa mocasines o sino su atuendo es un pantalón de tela color marengo, camisa clara y chamarra de cuero negro o café hasta la cadera. Este señor entra al minibús hablando por celular y haciendo equilibrio para no caerse de oreja, agarrándose del asiento con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda ya que con los otros tres dedos de esa mano agarra un fólder de plástico un tanto amarillento o un maletín chato de cuero, y la mano derecha la tiene ocupada con el celular en la oreja. Sus conversaciones siempre empiezan con un “como es hermanito!”.
La señora-bulto: Señora que espera el minibús en una esquina concurrida, generalmente cerca de un mercado de abasto. Esta señora es por lo general de pollera, usa una manta de vicuña que tiene agarrada debajo del mentón con un gancho enorme plateado y un sombrero borsalino café o negro, zapatos planitos y un delantal con grandes bolsillos. La señora-bulto hace parar el minibús y le dice al voceador “chico, ayudame”. A continuación, la señora y “el chico” suben apuradamente tres a cuatro bultos con verduras y frutas fraganciosas, e invariablemente un aguayo enorme. Luego la señora sube con un ágil brinco ladeando el sombrero borsalino sin hacerlo caer, sube el “chico”, cierra la puerta y el chofer parte como un bólido (o bóludo, según las circunstancias). El pasajero que suba al lado de la señora-bulto tendrá que viajar con los pies encima de las mandarinas o con media nalga fuera del asiento por el escaso espacio que dejó libre la señora – bulto.
Los “delicados” – Son aquellos pasajeros que suben por lo general al último asiento del lado derecho. Si no es una señora gordita y con el pelo teñido color naranja oxigenado, cabello largo descuidado amarrado en una cola con una liga vieja y que usa lápiz labial fucxzia, es un señor con bigotes y mal humor. Los “delicados” se sientan y clavan literalmente el trasero en el asiento. Cuando el infortunado pasajero de su lado tiene que bajar, en vez de parase y bajarse para dar campo, suben ridículamente la rodilla izquierda en un amague de hacer espacio, obligando al que está bajando a hacer peripecias de faquir para bajar del minibús.
Los aromáticos - Hay personas que por la faena diaria de trabajo físico o la ausencia de ducha durante algunos días de la semana emiten olores corporales que pueden hacer colapsar al minibús. Entre los más comunes están el “señor sobaco”, “el patitas” y “doña sarro”.
Una última cosa, dentro del léxico de la urbe andina hay una frase clave para quienes utilizan este servicio de transporte: "¿puedo aprovechar?". Esta frase se utiliza cuando estamos en medio de una trancadera infernal, a media cuadra de donde queremos bajar y significa que vamos a bajar del minibús bajo nuestro porpio riesgo, no importa que estemos en la fila del medio en una calle de tres carriles, que el semáforo esté cambiando de nuevo a verde y que los del carril derecho estén empezando a avanzar con la intención de atropellarnos si es necesario. Quieran o no, todos usamos el "puedo aprovechar": el viejito chocho, la mamá distraída, el hombre-celular, la señora-bulto, los aromáticos, los delicados y hasta los que regatean el pasaje...
25 comentarios:
Pucha, micro-poemas en micro-mundos.
Micro poemas en micros inmundos...
Y así todos sobrevivimos y aprendimos a adaptarnos a todo, y vivimos felices por siempre???
Aqui aporto con dos personajes que no veia en el transporte publico boliviano y que son mu populares en los "buses" de mi ciudad adoptiva:
El Mr. Monologo - Al principio pensaba que todos eran "monologuistas" hasta que me entere que esas cositas que centellean una luz azulita estan conectadas con el telefono se les dice "blutud", en fin los autenticos son los que empiezan de a poco y van "in crecento" puede ser hablando de la politica, el clima u otros temas triviales pero luego conectan con cosas como "todos estaban muertos" o peor "entonces le aplique la inyeccion y a pesar de los gritos aprete y aprete" (temblor frio recorriendo a todos los pobres ciudadanos que quieren andar de "verdes")
Los adictos:
A varios quimicos, notorios por la actitud sospechosa, la falta de dientes, la gorrita beisbolera (unisex), el cutis hecho trapo y los dedos negros. Siempre andan apurados (buscando la proxima dosis), nunca pagan el pasaje y encima se pelean con todos.
El primer mundo tiene de todo.
jajajajaj ay Vania, he reído un montón con las descripciones tan adecuadas que hiciste, los tengo dibujados en la memoria y salieron tan ceñidos a la realidad que incluso pude sentir a alguno de los aromáticos jajajaja en fin, es una de las pocas cosas que no extraño jajaja Besitos, que tengas un lindo fin de semana.
Como siempre Vania, acabas de poner otra sonrisa en mi rostro, al describir y retratar la "fauna" paceña. De todos los que describiste en algún punto u otro he encontrado buenos ejemplos, la de la chiquillada comiendo helados esa si que es grave, caray.
Pero creo yo que te falto la siguiente:
LA MUJER QUE NO ACABO DE MAQUILLARSE EN CASA: Dícese de la pasajera (mujer de entre 20 a 40 años) que olvidó o no pudo acabar de retocarse el rostro en casa, y que tal vez debido a que se le hacía tarde, ya nomás tuvo que tomar el minibús. Una vez en el mismo ésta procede a retocarse las pestañas, polvearse las mejillas, aplicarse sombras varias, amén de pintarse los labios, y algunas más extremas, hasta de rociarse el pelo con algún spray de esos fijadores.
¡De toda la fauna minibusera, éste es el personaje al que más detestoooo!
Bye......
Jajajajaja!!! Buenísimo!!! Perfecto para relajarse una noche de sábado e irse a la camita con una sonrisa y sin querer pensarla mucho para no darse cuenta que alguna vez, en algún momento, uy! he hecho de pancha o de viejito chocho o quién sabe, hasta de delicada. Jajajajajaja!!!
Siempre me acuerdo los que van cargados en el PASILLO y terminan poniendote la carga encimaaaa
y no falta tampoco el señor o la doña q cuando paga y el chico le dice "uno shincuenta es, señor/a, por favor" , se pone como loco y empieza a decir q nada q ver, q 1 pesito no mas, q es un robo, q como pues 1, 50 desde la perez hasta obrajes y etc y nos pone a todos como incomodos mediadores. o las fresas q empiezan a chillar sobre el danielito o sobre high school musical y una casi ruega q se bajen de una vez. o la tipica pareja de jubilados q despotrican contra los politicos y (como me paso una vez) empiezan a reñir a los jovenes q estan en el minibus por no hacer nada y vestirse como hippies.
me gusta tanto ir en minibus!!
saluditos!
Marco: Micro mundos microinmundos, microruidosos, pero meganecesarios.
Mundana: Depende. El viejito chocho sigue extrañando (en secreto) el viajar en colectivo, o tener suficiente plata como para andar en taxi.
Gigi: Odio a los monologuistas, uno no sabe si le están hablando a una, o qué. Creo que por estos lares no hay muchos de esos, por lo menos no en los minibuses.
Lilyth: Cierto, el olor de los aromáticos se queda en nuestro disco duro olfativo, no importa que vivamos al otro lado del charco.
Geval: Las que se maquillan en el minibús tienen un pulso de cirujanos, pues con tanta frenada, cambiada de carril, etc., podrían hacer desastres con el delineador, sinembargo lo hacen perfectamente.
Eliana: jajaja es cierto, cuántas veces no habremos pasado como panchas, delicadas o chochas.
Cuchita: Eso pasa en los micros no? en los minibuses no hay pasillos, es más para habilitar un pasillo hay que doblar los dos asientos de la 2da y 3ra fila, para que los pasajeros de los asientos traseros puedan bajar.
Sarita: Los regateadores son sumamente odiosos, quiensabe de verdad no tengan "shincuenta centavits" más, pero indisponen a todos los pasajeros con su chinchosidad.
Deje de tomar trufis cuando los desgraciados de los choferes no querian recoger los niños de la escuela pues pagaban menos y ocupaban mucho espacio "disque", bueno tambien me volvi floja y no queria caminar 6 cuadras para llegar a mi casa o esperar 3 horas a que el maldito trufi pasara por la "parada" (transporte publico Cochabambino) JODER!!!! con razon era una POBRE ESTUDIANTE
Hay como me has hecho acordar de la querida La Paz! es que alla subirse a un minibus es una aventura, me acuerdo de mis dias de estudiante que andaba de minibus en minibus, de como andan corriendo, lo chiquito que son q en uno de 12 entran 15, y te tienes que sentar de ladito para q no te aplasten las rodillas, de los frenasos, los olores(te dire q eso es algo q no extraño para nada guiac!), que recuerdos aquellos... :)
Ay, Vania, es igual en todos lados. Aquí sucede, también.
:)
los panchos:maestro corte camino por aquí nomás pues...no importa si vos tienes que seguir la ruta normal.
mamá distraída:ni bola te tiran cuando sus mocosos sentados delante tuyo se dan la vuelta y te miran con los mocos saliendo apoyados en el respaldo como si fueras un fenómeno de circo,la mamá bien gracias.
el hombre celular:ventila sus asuntos a voz en cuello,gritando,para que todo el mundo se entere.Así sabemos que es empleado público o tramitador.
la señora bulto:nunca paga por un asiento más,su bulto ocupa todo el espacio con la complicidad del chofer y del voceador,que encima quieren que alguien más vaya "paradito".
los delicados:he aprendido a ser un "delicado" debo confesarlo.
los aromáticos:la diversidad cultural de La Paz también tiene su correlación en la diversidad de olores que se huelen,muy a pesar nuestro,en los minibuses.
¿puedo aprovechar? a lo que viene la pregunta del voceador:¿puede aprovechar? dirigida al chofer.Ya que se baje...rápido pues señora...y el peligro de que un auto te arrolle o te pase por encima es también para vos porque si la señora está detrás te tienes que bajar para darle paso.
jejeje que buen relato.... cuanta nostalgia se siente a la vez....
gracias Vania por transportarme con cada post!!!
un abrazote
Siempre con ese placer de leerte y saborear esos momentos magníficos en el transporte tan nuestro:) un saludo
CARMEN: Cuando algunos minibuseros ven escolares apretan el acelerador para no recogerlos, es como para matarlos. Cuando éramos chicas, mi hermana Liz era la defensora de los escolares, así que desde el último asiento del micro gritaba "¡maestro! están subiendo niños, tenga cuidado!" o "¡qué le pasa no sea animal, usted no tiene hijos? qué barbaridad!". El 80% de las veces los gritos funcionaban y el maestro paraba a recoger escolares, pues otros pasajeros se unían a la demanda. El 20% a los maestros les valía un huevo y pasaban de largo.
KOLLITA: En mis épocas de estudiantes andar en minibús era cosa de todos los días, ahora subo y bajo en auto, pero si tengo que llegar a algún lugar del centro (desde la Plaza Abaroa, donde es mi oficina) ahí si uso minibús. La verdad es que los olores y el ambiente musical es lo que menos se extraña.
GILDA: Me imagino que la fauna bonaerense en los metros es mucho más variada.
ANTONIO: jajaja muy cierto. Si alguna vieja histérica te pisa el pie al salir del último asiento con su taco "anabella" (por delicado), ten la seguridad que esa soy yo.
NINOSKA: Van abrazos de vuelta.
WARMICITA: Gracias por pasar por estos lares, abrazos.
=) me arrancas muchas carca-jajajaja-das.
No te animarías a relatarlo en una versión -monólogo- en el próximo Bloguivianos?
Un post antológico.
Saludos Vania..
ay ay ay... genial capsulilla querida, como siempre.
ayer me tocó subirme a un 'trufi' (minibus en paceño) y me baje mil cuadras antes porque llegó un punto en que de las ventanas ya salían colas de gentes todas apretujadas... no no no.
caminé bajo un soldemediodía, pero la verdad, sin un codo en mi naríz.
besote querida encapsulada!
listo! arreglaste el día que estaba siendo medio pesado hasta ahora...
ay Vania, me hiciste reír...
y faltan los que entran con audífonos a todo volumen con música que contrasta con las villeras del mini... y cuando tienen que bajar GRITAN porque no escuchan nada... XP
paisajes urbanos...
al final todos se saben todas las cumbias villeras, y algunas veces se te meten tanto en la cabeza, que terminas cantandolas incluso fuera de los micros o trufis...
que buenas descrpiciones, odio a la gente que se sienta al lado del corredor, y espera qeu hagas de todo para llegar al fondo. los odio!!
jajajaj
un abrazo!!
Con todos estos personajes me hiciste extrañar mucho mis épocas más adolescentes en que me movía en minibuses cada vez que iba a La Paz.
La primera vez que me subí a un minibus fue desde La Ceja hasta Achocalla (si mal no recuerdo) y me tocó, precisamente, al lado de una señora-bulto ha, eso en el 2002. Aaaas me dieron muchas nostalgias, como pasa el tiempo todo el tiempo no?
Mil besos Vania!
Erick: Qué lino que te haya gustado el post. En cuanto al monólogo, soy un poco tímida ;). Suerte en el concierto con el Animal de ciudad!
Flacuela: Verdad, hay horas en que el minibús se llena más que lata de sardinas y es mejor (en lo posible) andar a pie. ¿Qué tal Carmina ?
Cane: Cierto! no sé cómo no quedan sordos por los audífonos, los gritos del voceador y la villera del máestro (así con acento en la "a".
Utópico D.: Esa es la peor parte, que uno sale cantando alguna canción pegajosa/chafa que odia pero no puede quitarse de la cabeza.
Natalia: Que levante la mano quien nunca haya viajado con la señora bulto!
Un abrazo para todos y todas.
:D:D:D me hiciste recordar a mi ¡Oh Linda La Paz!.
Solo una acotación el 'voceo' correcto es 'sanperodriguez'. asi... abreviado :D:D
Un saludo desde Cochabamba
Vania,
Siempre es un gusto leerte... esta vez te escribo desde Luanda - Angola, en plena costa occidental del Africa!
... Te animo a que escribas un libro con tus crónicas... son realmente acogedoras y entretenidas.
Ya te voy a comentar de los minibuses de por acá, parece una de esas cajas de bonobom con puro chocolatitos... y lleno de colores, y con personajes similares (y aún peores) de los que comentas....
Un gran Abrazo intercontinental.
Hugo
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