
La ciudad se torna más caótica que de costumbre antes del medio día de todos los 24 de Enero: florecen instantáneamente miles de puestos de venta de miniaturas en todos los puntos imaginables, se improvisan yatiris (imprescindibles para bendecir la compra), el aire adquiere olores a palo santo y otros sahumerios, los curas abren sus iglesias para bendecir las compras de los creyentes y todas las personas que viven en esta urbe, oficinistas, taxistas, amas de casa, comerciantes, abuelos, niños, jóvenes y hasta cebras forman una masa humana hambrienta de billetitos, víveres, autitos, casitas y hasta pasaportitos con visa americana incluida lanzándose a las calles antes del medio día para que se hagan realidad sus sueños de vivir mejor.
Dentro de un ratito me voy a escapar de la oficina hasta la Plaza Avaroa para comprar hartos billetitos y una mega canasta de víveres con doble porción de azúcar por si acaso. Ojalá encuentre una libreta escolar con buenas calificaciones para el que sabemos, una pelota de fútbol para que el otro enano vuelva a las canchas sin contratiempos y una novia para el Jimbo Aguirre que ya está en edad de merecer.
Por suerte, y desde que tengo memoria, a nadie se le ocurre hacer marchas o huelgas en Chuquiago el 24 de Enero ya que cualquiera puede hacer realidad su pliego de peticiones en el puesto de miniaturas más cercano.
Para los que no van a tener tiempo de comprarse billetitos o están en latitudes lejanas a Chuquiago, les dejo el link de la Bitácora Salinas Sanchez, donde hay billetitos de Alasitas para imprimir, además del video de Alasitas del indispensable Papirri. La bendición con yatiri ya corre por cuenta de ustedes.