![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_15ZyXDQCfnZU3TBujytVYLn2zX-ZfA2Y1wVmnqb_eVetmEbHLXhW94lHIYKr-W9yPYnAoIpbdp2Z8LLO6csx6hXW2QmMjkCcZl539Cq5Fm0D-eIEA2SvPXCT0pxgnfniA58m/s400/JENGIBRE.jpg)
Para hacer galletitas de jengibre -especialmente en Navidad- se debe haber recuperado el perdido “espíritu navideño”. Espíritu Navideño puede entenderse como las ganas de sentirse feliz sin motivo aparente. No aconsejaría hacer galletitas de jengibre con el alma compungida, dicen que se corta la masa.
Bueno, empecemos con la receta, la misma que está diseñada para que la pongan en práctica (en el mejor de los casos) una mamá y dos niños no muy pequeños.
Paso 1: Preparación previa.Buscar la receta en el internet o para no pelarla: que la madre se inscriba junto a sus vástagos a clases de galletería navideña.
Paso 2: Ingredientes.1 taza y media de azúcar moreno
¾ de taza de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 huevo
1/2 taza de miel de caña
1 taza y media de de harina
2 cucharaditas de jengibre molido
½ cucharadita de nuez moscada rallada
1 cucharadita de canela molida
1 pizca de clavo de olor molido
½ cucharadita de sal
Y todos los materiales para decorar las galletas:Clara de huevo deshidratada (aproximadamente 1/2 taza)
Tinturas vegetales
Mangas y puntitas metálicas para decorar (ahorita no me cuerdo el nombre exacto de los aparatitos esos)
Paso 3: ProcedimientoLa primera medida es
alistar todos los ingredientes según la fotocopia de la receta, incluyendo la batidora, el fuslero, los cortadores de galletas.
Asegurarse de que se tiene fuslero (si no, podemos adaptar una botella de vino vacía para tal fin). Decidir si se van a hacer todas las galletas redondas (en ese caso se puede cortarlas con un vaso de tamaño apropiado) o si es menester prestarse nomás los cortadores de la mamá o de la suegra. Verificar que la batidora (por lo general regalo de matrimonio) no se haya hecho gas. Si no se encuentra la batidora, recurrir nuevamente a la mamá o a la suegra. Ellas suelen tener todos los aparatos habidos y por haber aunque no los usen muy a menudo.
Una vez todo listo, empezar al fin a hacer las mentadas galletitas de jengibre: pre calentar el horno a 180ºC.
Aprovechar para que los niños aprendan con sus propias manos lo que significan 3/4 partes de algo pidiéndoles que corten 3/4 partes de la barra de mantequilla sin sal. Poner en un recipiente el azúcar y junto a la mantequilla y batir (por turnos, la mamá y los niños) hasta obtener una crema ligera. Luego de una breve trifulca entre los niños sobre quien rompe el huevo, hacer entender a los niños de que si siguen “rompiéndole los huevos” a la madre (en forma figurada, claro) ya no van a hacer ni galletas ni angelitos fritos. Solucionado el problema, añadir el huevo y turnarse nuevamente en la batidora hasta que todo queda bien mezclado. Añadir la miel.
En otro recipiente juntar – con ayuda de los niños- todos los ingredientes secos y mezclarlos con la mezcla de azúcar y mantequilla. La masa queda de un color café claro y muy suavecita. Es momento de poner la masa al refrigerador por 30 minutos en una bolsa de plástico bien cerrada. Es aconsejable hacer tres bolas de masa, para que cada participante en la elaboración de las galletitas tenga "su bola" y así se eviten desacuerdos posteriores.
Mientras la masa está en el refrigerador, proceder a hacer el glacé del decorado con la clara deshidratada y unas cuantas cucharillas de agua hervida a temperatura ambiente. Batir y luego separar el glasé en diferentes recipientes separando el blanco y agregando a los demás los colores vegetales que se nos ocurran. Reservar en el refirgerador.
En este momento, verificar que el horno haya calentado. Si no ha calentado un sorete, llamar al papá de familia o a alguien con tres dedos de frente que tenga una mínima idea de cómo funciona el famoso horno para que solucione el problema.
Una vez fría la masa, proceder cada uno a trabajar en su masa, poniendo papel cera (no papel mantequilla, sino papel cera) abajo y arriba de la masa a fuslerear para que no se pegue.
Ponemos las galletitas en la lata del horno sin engrasar. No hacerse problema si las galletas de los chicos tienen formas raras y se nota en ellas cierta "mugre". Considere por favor que chancho limpio no engorda y métalas al horno entreveradas con sus perfectas galletas de madre.
Al día siguiente proceder a decorar las galletas con el glasé que se guardó en el refri la noche anterior.
Luego de convencerse de que se es un fiasco como decoradores y que no pueden hacer diseños perfectos ni medianamente pasables -a comparación de los que hizo la profe de galletería en las clases que tomó con sus hijos- es aconsejable que cada quien invente su propio diseño. Dejar todas las galletitas en un recipiente para que el glasé seque.
Una vez listas las galletas darlas a probar al papá o a otra persona que no suela emitir criterios muy pasionales y les diga nomás en su cara las cosas como son.
En caso de nuestras galletas, el papá -muy sinceramente- nos dijo que tienen buen sabor, pero que quedaron un tanto duras y gracias a nuestro decorado surrealista y con puntas salientes, podrían servir como una efectiva arma punzocortante.
Ni modo, todavía nos quedan muchas Navidades para mejorar la receta.