jueves, junio 18, 2009

ADIÓS AZULITO

La primera vez que vi al azulito fue en la casa del señor Page, un gringo ex-jefe de mi marido. El gringo lo cuidaba como oro. Lo había comprado cero kilómetros de la casa importadora y solo lo manejaba de su casa a su oficina, no dejaba que su mujer lo maneje y lo tenía como un anís.

Al principio yo no lo manejaba mucho, pero poco a poco me fui adueñando del azulito, encariñándome pues era como mi sobretodo de lata. Juntos recorríamos la ciudad de los anillos de crin a cola, no había límites: ni calor excesivo, ni ventolera, ni sur y chilche, ni diluvios: el azulito y yo éramos el uno para el otro.

Ya de vuelta a Chuquiago, aprendimos juntos a perderle el miedo a las subidas y a las curvas atorrantes de la Kantutani. Con el azulito yo era libre de ir donde me daba la gana y cuando me daba la gana, como que había un feeling entre él y yo.

No sé hasta qué punto es cierta la creencia de los aymaras de que las cosas tienen alma, pero me salía del alma decirle al azulito que estaba guapo y que era lo máximo y él no me daba ningún problema. Lo chistoso era que siempre que se arruinaba o pasaba algo el que estaba manejando era mi marido. Como que entre el azul y el Choli (léase Bolivarista de corazón celeste) no había mucha química, parece.

Hace unas semanas le ofrecieron al de corazón celeste comprarle el azulito, haciéndole una oferta que no podía rechazar, así que el Lunes lo entregó a su nuevo dueño.

Voy a extrañar mucho a mi compañero azul.

Así nomás es la vida, al final, todos tienen que irse.

20 comentarios:

utópico dijo...

eventualmente todo tiene su fin. todo acaba, y todo se termina.

quedan siempre las fotografias, las fisicas, y las mentales, y las literarias. lindas fotografias.

y sobretodo, queda el futuro, y cuanto venga, las nuevas velocidades y fotografias que uno sacara, con el futuro, con los azulitos que habitaran un futuro.

un abrazo!!

Anónimo dijo...

Mira vos, me hicistes acuerdo cuando vendí el Blue Demon, no te preocupes lueguingo, por lo menos para mí, vino Kill Bill o más conocida como el taxi oligarca jajajaja.

Cuando tengas el reemplazo avisamos para que busquemos nombre.

Besos,

RONALDO dijo...

yo una vez tuve una bici... snif snif.

Daniela Otero dijo...

Con tus relatos me doy una idea de lo que significará para mí el autito que está entre mis dos cejas y creo que no podré dejarlo ir. Ya hasta me dio nostalgia.

Vania B. dijo...

Mr. D. : Eso es lo bueno de tener una cápsula del tiempo, que las letras son capaces de atrapar más colores, olores y sensaciones que cualquier cámara.

Choco: Sale y vale, en cuanto llegue el nuevo auto veremos con qué nombre lo bautizamos. Mientras tanto: trufi, taxi, minibús nomás.

Charming: Y yo solo un triciclo rojo, cero bici. Pasé del triciclo al auto directo.

Dani querida: Verdad, los humanos tenemos ese defecto de encariñarnos demasiado con las cosas. Grave es después.

Abrazos a todos!!!

Caminante dijo...

Yo extraño al Treocito.

rondeldia dijo...

pinche choli!!!

metalizado!!!

un abrazo,

r

CUCHITA dijo...

Hay cosas que representan una etapa en tu vida, lo dificil es decirle adios a los recuerdosss
Hasta siempre azulito

Natalia dijo...

Me hizo recuerdo al primer auto de mi mamá (bueno, el primero que tuvo desde que yo ya existía) con el que nos llevaba a todos los cumpleañitos, al kinder y colegio, con el que nos perdíamos buscando casas de compañeras, en el que no funcionaban los botones para bajar las ventanas y el tapiz del techo nos despeinaba porque estaba suelto casi por completo.

Dicen que no hay que aferrarse a lo material pero hay excepciones.. sobre todo cuando un objeto es parte de cada día, y se pasa tanto tiempo -y cosas- en él. Es fácil encariñarse, sobre todo cuando está a punto de irse o ya ido.

Besos!

Asesino De Leyendas dijo...

Ja! yo vendí a Lucy en mi época de la U y la extrañé creo q dos meses... Un saludo al azulito, donde quiera que esté, un minuto de silencio por tan lamentable pérdida.

Un beso amiguita

Wiskani dijo...

No se si las cosas tengan alma, pero si que se llavan una parte de nosotros cuando las perdemos...saludos

Caminante Con Destino dijo...

Se puede preguntar cuanto siempre te dieron por el azulito.
Y aqui en la Argentina queriendo comprar mi azulito,se me esta complicando, me han rechazado el credito, porque soy un indocumentado para el sistema financiero Argentino, pero no soy indocumentado si mi esposa sola saca un credito, me obligan a firmar como garante de mi esposa, pero no para sacar un credito yo, jejeje, grave siempre ser boliviano por aca

NiNoSkA NoGaLeS dijo...

lo siento amiga =(
ojala la nueva familia del azulito, lo quiera y trate bien!!!
animos!!

Tinchowww1 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tinchowww1 dijo...

Pucha Vania, ya me hurgaste en la nostalgia del noble Negro Pacheco, Vitarita de corazón 1600CC al que nunca le faltó el aceite. Compinche de escapadas, lleva y trae de mercados, prueba (no) viviente de lo que los hombres llamamos tercer huevo. Fiel como perro, además.

Pero un día, claro, el tiempo pasa y vos te encariñas y salvo que quieras verlo como mueble esquinero de un taller mecánico, tienes que dejarlo ir. Así con su motor encamisado y su roseta y Soat al día, se va nomás. Y lo único que le dejas es su sticker de Mac en el parabrisas trasero, y el del Tigre en el delantero. Más importante que la roseta, obvio.

Sí, las cosas no tienen alma. Nosotros sopamos la nuestra en ellas como un pan y así quedamos: empapados de recuerdos de lo material, y dejando trocitos como para decir que estuvimos ahí.

Saludos desde Sini-marka.

Vania B. dijo...

Ocioso Caminante: Todos tenemos algo qué extrañar!.

Ronsete: Me robaste las palabras de laboca jeje (mentira!).

Cuchita: Solo quedan en los recuerdos, y en las fotos, y en los blogs. Me encantó tu Perereca.

Natalia:Qué lindos recuerdos del auto de tu mamá. Ojalá y los chicos se acuerden del azulito con tanto cariño. Yo creo que sí.

Gusesino: Un minuto de silencio en homenaje al fiel azulito. Estoy segura que los nuevos duelos se van a encariñar tanto como yo con él.

Wiskani: Eso! el azulito se fue con un pedacito de mi corazón.

Marquiño: Avisame cuando ya tengas tu propio azulito para que lo ch'allemos virtualmente.

Nino: Yo espero que así sea, aunque todavía no conocí a su nuevo dueño. Cuando toque firmar papeles lo veré face to face y lo escudriñaré fríamente. Ojalá y se merezca a mi azulito.

Tinchuelo: Me encantaron las útimas palabras de tu comentario. Así nos quedamos: empapados de recuerdos, de ratos felices... nosotros terminamos poniendo nuestra alma en algunas cosas.

Un abrazote a todos y a todas.

La Jefa is Back dijo...

robatelo! robatelo de vuelta!

Lilyth dijo...

ouch!! no sabes como me dolio vender mi primer coche y eso que era un tragón de gasolina insostenible para una economía estudiantil jajajaj era un jeep (jeep, no jeep willys) sin dirección hidráulica, solo los temerarios podían manejarlo jajajaj

Vania B. dijo...

Sarita: Ganas no me faltan! lo extraño a mirir, sobretodo los fines de semana.

Lilyth: Esos objetos de nuestro afecto son inolvidables, no?

Un abrazote a las dos.

Warikasaya dijo...

Yo tuve mi "azulito" también, aunque en realidad era negrito, y con él pasé momentos inolvidables en la U..., luego me volví a enamorar del auto que tengo actualmente, pero nunca me olvidaré de mi 1er auto.

Me acuerdo que un amigo que trabaja en un taller, me contó que NUNCA hay que hablarle mal a tu auto, porque escuchan, y si le hablas de buena manera no te falla, es que el auto es tu compinche, tu compañero cotidiano y es imposible dejar de quererlo.

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