jueves, octubre 15, 2009

APRENDIENDO A LEER

Enseñar a leer al Rodri era divertido. Empezamos con los números. Por las tardes nos quedábamos solitos, bueno, yo con el Sebas en la barriga, y bajábamos del piso 11 al parque. Para la subida al Rodri le encantaba que subamos a pie piso por piso reconociendo los números de cada piso del 1 al 20. Claro que cuando yo estaba muy cansada subíamos en ascensor, pero contando piso por piso hasta llegar al 11.

Con las letras pasó algo parecido. Yo le dibujaba letras enormes, una en cada hoja tamaño carta y las pintábamos juntos con témperas, marcadores, crayones o colores. Cuando terminábamos las pegábamos en la pared de su cuarto. Luego practicábamos cada sonido, pues cada letra tiene un sonido. La maravilla fue cuando empezamos a juntar los sonidos para que las letras tengan sentido. En medio de ese aprendizaje tuvimos que volver de emergencia a La Paz, pues el Rodri se enfermó horriblemente. Mi Sebas ya tenía un año.

Una noche, después de que habíamos dejado de practicar por meses, el Rodri, de tres años y medio, se acercó con una revista de Condorito y me dijo: mamá, ya sé lo que dice aquí y leyó el título de un chiste: “L.A. MU-E-LA”, “LA MUELA”. Yo casi me caigo de nuca: mi Rodri ya sabía leer, así que iba a su guardería con la merienda y una revista de Condorito en su mochila.


Con el Sebas no fue fácil. El moreno siempre ha sido chinchoso y medio malcriado, pues desde que era un piojo del tamaño de una arveja cree que lo sabe todo, así que el método de las letras y los sonidos se fue al bombo porque el quería “hacer sonar” las letras como le cantaban las ganas, y no entendía que Sebastián empezaba con “S” (insistía que era con “C”) y estaba seguro de que elefante empezaba con “L”, obvio, “l-fante”, así que dejé de insistir por cansancio y aburrimiento de terminar cada sesión de lectura peleados.

Casi cada noche, el Rodri, el Sebas y yo nos echábamos en la cama de uno de ellos y leíamos cuentos, bueno, el Rodri y yo leíamos y el Sebas quedaba al medio solo escuchando. El Rodri y yo disfrutábamos haciendo voces y riendo antes de leer cualquier chiste, hasta que una noche le dimos al moreno el chance de “hacer sonar” las letras juntas. Leíamos el cuento “El oso que no lo era” un hermoso cuento que trata de un oso que luego de hibernar despierta dentro de una fábrica enorme y nadie le cree que es un oso, sino un hombre grande, feo, sin afeitar, y con un abrigo de piel. Cuando el oso dice “pero soy un oso” todos se matan de risa en su cara. Bueno, en los dibujos se leía la risa de los malvados burócratas que no aceptaban que el oso era un oso, así que hicimos que mi Sebas junte la “j” con la “a”. El morocho no podía creer que estaba leyendo! esa noche leyó todas las risas de “El Oso que no lo era” y el fin de semana nos sorprendió leyendo todos los letreros de Burger King empezando por “e-xzz-it” (EXIT). Hasta eso el Sebas tenía más de cuatro años.

Hace unos días, en el minibús que me llevaba de la oficina a mi casa, la señora que anunciaba la ruta tenía a su hijito de unos 3 ó 4 años en el rinconcito frente al primer asiento. Cuando íbamos por el camino hacia Obrajes - donde nadie sube ni baja- ella sacó uno de los letreros amarillos de uno de los bolsillos del asiento y empezó a mostrarle al pequeño cómo eran las letras y cómo sonaban. Juntos leían toda la ruta: “o-braaajes, ca-lacoooto, cota coota, nuevo amanecer”. Me enterneció hasta la médula, pues me vi a mí misma con mis conejos enseñándoles a leer. Pucha que la vida se pasa muy rápido.

Ojalá mis enanos se acuerden de cómo aprendieron a leer, ah, y también quién les enseñó a moshear. Cosas esenciales en la vida.

16 comentarios:

Azael dijo...

es genial.... estaba en casa de un amigo cuando su hijo leyó toda un diálogo de Asterix, fue para llorar. luego intentó leerlo en Alemán, eso fue más alucinante jeje

Anónimo dijo...

Mis primeras lecturas eran unos cuentos rusos: el pajaro de fuego, el caballito jorobadito y todo eso. Obviamente no podia leerlo todo pero era más fuerte mi desesperación por leer esos libros con dibujos tan atractivos.
las hsitorietas de Disney también ayudaban mucho.
Como pasa el tiempO!

Lucybel dijo...

:O

A leer y moshear?

:O
:O

VIVA VANIA!!!!

(bue... estos niños no iran al psicologo nunca de los nunca y a este paso y si todos nos ponemos las pilas presumo que cada vez serán menos)

Un besote enorme y un abrazo apretado. Va... tu le devuelves mucho de esperanza a la generación del mañana)

Saludos!

CUCHITA dijo...

Lindisima historia te cuento que mi camilita ya empezo el Kinder y ya empezo a aprender a leer, ahora esta empezando a escribir oraciones, claro que no se como le voy a enseñar a la sarnita de su hermana que es calcada al sebas, quiere hacer o decir lo que le da la gana no mas....

Caminante dijo...

Jejeje ya sabes lo que pineso jejeje.

luistigre dijo...

complicado acordarme cuando aprendi a leer y como. Le podriamos preguntar a mi ma pero necesitariamos Ouija (humor negro de lunes) lo q si me acuerdo es q en casa teniamos una enciclopedia de 8 tomos buenisima y q el tomo 8 tenia atlas y yo me pasaba horas viendo dichos mapas y todos los demas dibujos q habian ahi. Resultado, el libro q aun lo tenemos esta ultradestruido y los otros casi nuevos.

Un saludos hasta las tierras altas desde la heladera del mundo.

Nena dijo...

Yo creo que uno de los recuerdos mas lindos es el de estar a lado de mi mamá leyendo, cualquier cosa, letreros, cuentos... el diccionario, cuando tenía un horror ortográfico y a pesar de que a mis pequeños demonios tengo que atarlos para que lean, a mi mamá le piden, y se le suben, la cantidad de nietos que ya tiene, a su cama uno encima de otro, incluso la más viejota, claro el cuento tiene que ser corto, porque sino se arma la gorda, es un recuerdo de esos que quedarán grabados por siempre.

Anónimo dijo...

Linda entrada, Vania.

Me recuerda cuando lo jodía a mi viejito con mi clásico: "¿Qué dice aquí? y... ¿aquí? y... ¿aquí?" Paciencia la de mi padre.

Creo que descansó de años de torturas con esas preguntas el día en que yo empecé a leer. No recuerdo para nada el proceso, pero recuerdo que leía toooodo lo que estaba en los carteles de las calles. Tanto así que un día frente al Bank of America, en el Prado, estaba desconcertado por lo familiar de las palabras pero con una total falta de sentido... mi madre se dió cuenta de mi desconcierto y me ordenó que leyera ese cartel y le dije "mmmmi mmmammá mmme mimmma" Soberana jalada de orejas la que recibí. Mi humor fue incomprendido desde chiquito XD

Realmente linda la entrada.

Abraxos

Unknown dijo...

Yo aprendí a leer tarde. Sí, increible pero cierto. Pero igual me enternece cuando mi abuelo le enseña a mi sobrino, así me enseñaba a leer el. P con e...PE- repetía- R con U- RU. ¿Que dice?. PERU. Me trajo nostalgia tu relato.


Saludos

Vania B. dijo...

Azael (Rodri): Qué hermoso es ver a un enano tratando de leer, buscándole sonido a las letras. PERO cuando ya saben leer ya no les puedes inventar cuentos chinos como decirle: "mirá negrito, en ese letrero dice: los chicos llorones serán detenidos por la policía" o cosas así que también son divertidas (para las mamás).

Mario: Cierto. Yo aprendí a leer gracias a que mi abuelo me hacía unos letreros gigantes con palabras como "mamá" "mapa" mariposa". Los libros de Disney eran(son) lo máximo.

Lucybel: Gracias che, pero otra cosa es tenerme de mamá. Para los chicos soy una brujilda, en serio. Una vez el Rodri me describió como "arruina alegrías" - "arranca-hojas" y otros adjetivos creativos y malosos.

Cuchita: Será que los segundos hijos son todos así hechos los capísimos? Parece, no?

Caminanteocioso. No, no me acuerdo.

Mañana sigo. Me voy a clases.

Abrazos a todos!!!!

Vania B. dijo...

Citizen: Mi hermanito tenía también un Atlas y algunos Almanaques Mundiales que los dejó como servilletas de tanto leerlos. Me acuerdo que a los 9 años estaba seguro que cuando iba a ser grande iba a ser embajador en Micronesia.

Nena: Qué lindo que lean con la abuela. Mi mamá se los leía cuentos pero era muy rara vez porque vivíamos en ciudades diferentes y nos veíamos re-poco. Ahora, pese a que vivimos en la misma ciudad, tampoco nos vemos lo sificiente. La otra abuela...no es muy aficionada a la lectura, así que cero. Espero ser como tu mamá cuando me toque ser abuela, tener hartos nietos a quienes leerles muchísimos cuentos.

Maldadoso: Cierto, qué linda es esa época cuando uno no sabe leer y tiene mártires a sus papás con el "qué dice aquí". Creo que por eso le enseñé a leer tan rápido al Rodri jeje. Sobre la lectura de letreros de El Prado, yo me acuerdo que lo primero que leí fue un letrero en un edificio en la 6 de Agosto que decía "TOYOTA".

Leizito: Lo importante es que te quedó el gusto por la lectura. Con esto del internet, nintendos y de más vainas es difícil crear un hábito de lectura en los chicos. Mi intento es no ponerles TV en su cuarto hasta que ellos puedan comprarse una jeje, por lo menos así se acostumbran a dormir sin tele.

Un abrazo a todos y todas. Gracias por pasar y comentar.

zeh dijo...

Qué lindo! Y no, tus hijos jamás te olvidarán. Saludos!

JAVIER dijo...

Un post muy tierno, conforme leía recordaba mi sobrino leyendo en japones y en español porque al tio no le gusta que solo hablen en japones jejeje...

Un gran abrazo desde Japón.

Anónimo dijo...

Estimadisima vania:
silenciosamente siempre pasaba por tus entradas...
Ahora! pues decirte admito que me gusta mucho tu blog...
desearte siempre lo mejor para ti y tus bellos hijos :D
y feliz noche en Chuquiago.

Vania B. dijo...

Zeh: Cierto. No les queda otra que bancarse a su madre for ever. Un abrazo hasta Sampa.

Javier: No me imagino tener que aprender a leer en japonés!!!, pero bueh, no debe ser imposible. Un abrazote.

Tan_ia: Gracias!!! qué lindo se sienten comentarios como el tuyo (en el ego). Un abrazo.

Alexis Argüello Sandoval dijo...

Querida Vania, los Condoritos indispensables para aprender a leer, yo les debo a los comics o a las novelas (como genero literario) graficadas. Luego el resto por pertenecer a una familia que toda la vida a comercializao libros pues ya para que contar ;-).

Aprendí a leer en el colegio, lo que es si mi mamá si me ayudaba a escribir las oraciones, a veces me veía obligado a culparla a ella por los errores ortograficos debido a qeu ella "me correjia".

Que lindos recuerdos, ya me estas haciendo llorar de alegria :'-D

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