martes, mayo 12, 2009

TÉCNICA VOCACIONAL



Cuando estaba en colegio, una de las materias que llevábamos en Intermedio (6to a 8vo de Primaria) era "Técnica Vocacional". Las chicas pasábamos Labores y Cocina y los chicos Talleres. De los profes de Talleres -obvio- no me acuerdo mucho, pero las profesoras de Técnica Vocacional eran únicas.

La de Labores era la profe Edith Terán: una señora bajita, blancona, con pelo ondulado y negro como azabache, ojos pequeños y el bozo no depilado (bigotes). No me acuerdo haberla visto nunca con pantalón y en mi memoria está con el guardapolvo guindo que usaban los profesores de mi colegio con su nombre perfectamente bordado en el bolsillo lateral y unos mocasines monjiles. Le decíamos ET.

Como soy zurda, tenía la esperanza de que la ET no pueda enseñarme a tejer, pues la verdad no tenía la mínima intención de aprender ni a tejer, ni bordar ni abrir las puertas para ir a jugar, pero no conté con un pequeño detalle: la ET era ambidiestra para tejer y bordar, es más, sospecho que si hubiera sido necesario podía haberme enseñado a tejer con los pies, por algo usaba esos feos mocasines de brujilda.

Uno de los primeros trabajos era tejer un "ajuar de bebé". Yo, a los doce años, tenía la seguridad de que iba a morir soltera y por ende sin la necesidad de tejer ajuares ni ramas anexas, así que en las clases me dedicaba a charlar y avanzaba muy poco de mi "labor". Cuando se vino la presentación del mentado ajuar de bebé, no se me ocurrió mejor idea que llevar una chambra y unos polkos amarillos de mi hermano Oskar. La ET me miró con rabia y me puso una nota bajísima, no sin antes duplicarme el muestrario de puntos tejidos que teníamos que hacer.

Algo parecido me pasó con el bordado. Uno de los trabajos era bordar una fruta o verdura en un trapito de esos que se usan para no quemarse al sacar cosas del horno. Lo peor es que la verdura en cuestión (en mi caso, un tomate) había que rellenarlo con punto "yerba" en el que dabas pequeñas puntadas seguiditas hasta lograr que el bordado se vea como un tallo delgadito de una planta. Qué flojera. Unos días antes de la presentación del trabajo encontré una tela roja en mi casa, la recorté en forma circular y la cosí con un "punto" mucho más sencillo que el anterior. Cuando se lo presenté a la ET me lanzó de nuevo esa mirada asesina, se le frunció la boca (se le notaban más los bigotes), agarró la tijera y descosió mi hermoso tomate botándolo al basurero. Me acuerdo bien que me miró fijo con sus ojitos de ratón y me dijo que DEBÍA aprender a hacer el punto yerba, o al menos el punto "cadena" (una vaina parecida) y que DEBÍA rehacer el famoso tomate. Bueno, esperé a que siga revisando los otros trabajos y cuando la ET estaba distraida, recogí mi trapito rojo del basurero y lo volví a coser. Resultado: un bonito tomate de tela con los bordes bordados que -obviamente- no entró a la exposición de fin de año.

La profesora de cocina se llamaba Ana Guamán. Al contrario de la ET la profe Ana era alta (por lo menos así la recuerdo), tenía el pelo en una melena mediana, unos lentes de aumento con bordes gruesos y que le tapaban hasta medio pómulo, era morena, tenía los dientes bonitos, usaba pantalones con botapié ancho y zapatos con plataforma. La profe Ana no solamente nos enseñaba cocina, sino también "Puericultura". Si alguien me preguntá qué aprendíamos en Puericultura, pues ni idea, se me borró totalmente de la memoria, pero era algo relacionado con niños. Punto.

Adoraba cocina, no porque me haya gustado cocinar, sino porque me gustaba (y me gusta) comer, así que disfrutaba esas clases al máximo. Lo que sí yo era de las que dictaba la receta, movía las mezclas, pero de cocinar-cocinar, muy poco, a parte de porque soy medio inútil, siempre habían chicas que se hacían las hacendosas, y si alguien puede hacer un trabajo que no te interesa aprender, mejor.

Más que alguna receta en particular, lo que me acuerdo de las clases de cocina son algunos sabores como el de unas bolitas de dulce de leche y galletas María que comí hasta reventar (no lleve nada a mi casa) y de una receta de mayonesa que me empalagó hasta la muerte (hasta ahora odio la mayonesa gracias a que ese día comí como bestia). También me acuerdo de la música que escuchábamos hasta memorizar las letras, como Luna de Miel (de Virus) y La Universidad (de Río).

En conclusión: de cocina no sé mucho hasta ahora; de tejido, nada y de bordado... gracias a mi Sebastián que anda perdiendo cada vez sus chompas, sacos y chamarras, me di cuenta de que después de todo el famoso"punto yerba" me sale muy bien, pues tuve que bordar una "A" en buena parte de su ropa para que sea más fácil reconocerla cuando la recupere de los "objetos perdidos".

Espero que a estas alturas de la vida le hayan cambiado el nombre tan ridículo a esa materia y se les haya iluminado para que chicos y chicas aprendan a cocinar, a pegar botones, a cambiar focos y a arreglar cosas básicas de electricidad, pues esas cosas sí te sirven en la vida, más que estar tejiendo ajuares de bebé y bordando mantelitos de abuela.

16 comentarios:

Choquehuanca Müller dijo...

Esas materias son las más importantes. Si uno se pone a pensar, aprender física o química, o trigonometria no le sirve a casi nadie, ¿cuantos físicos hay en Bolivia? yo sólo conozco a uno y creo que además es italiano, pero ... ser capaz de tejer una A en el guardapolvo del hijo, o hacer una torta de chocolate o aprender a repulgar una salteña!!! deberían ser materias obligatorias y principales, junto con la educación física, el solfeo, la redacción, el pilla-pilla, el macramé y el beso ingenuo en el rincón oscuro.

Lilyth dijo...

jajajaj Vania a mi me paso al revés, mi madre bordó cada mantel y tejió cada chompa que expusieron mis hermanas (y tuvo que hacerlo en tiempo record ya sabes como son los niños, mama, mañana tengo que llevar... eso a las once de la noche) cuando me toco pasar esas clases me dio un ultimatum de entrada (esto suena a la metafísica popular del papirri jajaja), así que de todas las artes "femeninas" lo único que se hacer como las hadas es bordar y tejer, como bien dices en clases de cocina te podías esconder detrás de las mas dotadas, además me daba asquillo comer las cosas que habían preparado mil manos jajajaj así que me pasaba las clases distraída por ahí... no tengo los mejores recuerdos de esa profe tenía algo conmigo e insistía en que debía ser mas femenina jajajaj

Besitos

Caminante dijo...

No tengo idea de como es el sistema educativo de Bolivia pero asi de lejitos se nota que es supersexista.

No hay nada mal en aprender costura pero cuando una mujer pide màs variedad es que en la realidad tienen pocas opciones.

Y eso si es gacho.

rockermarco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
rockermarco dijo...

cuando niño escolar mi persona aprendio tambien muy poco de lo que es:en ese tiempo se llamaba talleres, y de las mujeres labores.
de lo cual haciamos tallados y calados en venesta. ya saliendo ni le ubique alguna utilidad a tales materias, lo que si aprendi saliendo fue algo de macrame, que sí me fue mas útil, bueno, cada uno aprende lo que le gusta luego, aqui ya no hay notas que te obligen a aprender

Vania B. dijo...

Choquehuanca: Muy de acuerdo con usted joven, esas son materias para la supervivencia de hombres y mujeres. A MUY pocos les sirve Física, Química, Cálculo y demás vainas. Para sobrevivir hay que saber nomás bordar, cambiar focos, redactar y saber dar un beso ingenuo en un rincón oscuro. Un abrazo, y ue bueno que estés de vuelta.

Lilyth: Mirá vos, así que resultaste una gran tejedora y bordadora. Bien che. Por suerte soy la mayor, así que mi hermana es la que tuvo que aprender a tejer y bordar como un hada. Por suerte le encanta. Besos de vuelta.

Caminante Ocioso: No sé si la ocsa seguirá igual 25 años después, pero de que en mi época era sexista, era. Abrazos hasta Chilangolandia.

Rockermarco: Eso es verdad, saliendo de colegio cada quien re-aprende lo que le sirve. Sería ideal -de todas formas- que lo que te enseñen en colegio te sirva para más que para pasar de curso. Un abrazo.

Nicolás Peña dijo...

Yo estaba en el mismo colegio y tu post me trae recuerdo a "talleres". El Mirabal y el Toro eran los profesores, mecanica, carpinteria y electricidad, hasta hoy conservo un servilletero verde y chueco que fue lo primero que hize, de la lampara, el portalapices y la batea ni te cuento.

Asesino De Leyendas dijo...

Y si, recuerdo que en clases de talleres me dedicaba a jugar a las canicas y luego cuando se trataba de presentar los trabajos compraba en el mercado de Villa Fátima cacerolas, postreras y esa vaina de metal y trabajos hechos en venesta Ja!...

Realmente da placer leerte

Saludos

LOCA!!.. como tu madre dijo...

A mi si me sirve trigonometría y física! jajaja, , me sentí tan identificada, por suerte mi mamá me terminaba todas las labores cuando ponia ojos de gato de Shrek jaja, y no..no se repulgar una empanada tampoco...pero intento!
Mamá es profesora y no sé si a las chicas les enseñaran a cambiar un foco pero me enteré q obligan a los chicos a llevar sus calcetines rotos y los hacen remendarlos.Besitos Vania!!

CUCHITA dijo...

Recuerdo que era asi hasta que en el ultimo año de primaria en el instituto americano de Trinidad decidieron ser revolucionarios para su epoca, jeje y nos pusieron a ambos sexos a hacer las dos cosas, tenia un compañero que se escondia con su tejido, mas que nada por que le salia tan biennn, jejej ahi nos enseñaron a nosotras las mujeres carpinteria, tambien y hasta ahora no me olvido, me diverti muchisimo
saludossss

Unknown dijo...

Creo que tiene que ver con el objetivo del asunto. No tiene ningún sentido hacer un hermoso servilletero hecho de palitos de picolé, cuando tus intereses estan dirigidos a otras esferas más prácticas (como improvisar una rueda con venesta para tu auto de juguete roto cuando eras pelao. El lazo con la realidad es lo que falla. Presiento que talleres hubiera sido todo un éxito si hubiera hecho un modelo de avión de la segunda guerra mundial, que en verdad pudiera volar, que un armastote más parecido al esqueleto de algún animal antediluviano que mi mamá ubico orgullosa en la esquina con más luz de la sala.

Me gusto tu post

Vania B. dijo...

Nicolás: Así que vos también eres ex-alumno del potente Amerinst. Me acuerdo del Torito, un señor medio calvito, gordito de bigotes. Del Mirabal no me acuerdo mucho, la verdad. Qué bueno tenerte por estos lares. Un saludo.

Asesino: Bien che, me imagino que pasabas como capísimo en Talleres después de presentar tus trabajos "comprados" jajaja, cuántos chicos harían lo mismo. Un abrazo.

Locuela-hija: Buena medida, esas cositas sí que te sirven. Zurcir medias, pegar botones y planchar debería ser una materia de colegio para chicos y chicas. Un abrazote.

Cuchita: Genial! los del Amerinst Trinitarios han debido ser pioneros en dejar a un lado la educación sexista y pensar en lo que realmente es útil para todos.(Me gustaría ver tur trabajos en venesta jeje). Abrazote.

Oscar: Esa es la clave: el nexo con la realidad. Muchas veces en el colegio te educan en una burbuja, en base a programas antediluvianos que no te sirven de mucho al "salir al mundo". Un abrazo hasta la ciudad de los anillos.

utópico dijo...

en mi colegio... no hubo ni tecnica vocacional, y manualidades solo hasta 5to basico. me alegro mucho, porque este tipo de educacion, busca precondicionar a los hombres y mujeres, a supuestos roles.

la qeu cocina, teje, y borda.

el que serrucha, martillea, y cerrajea.

pero bueno...

quizas clases de cocina serian buenas para todos, pero qeu cocinen entre todos, no solo las nenas.

en fin.

un abrazo!!

Gigi dijo...

Que memoria de elefante! gracias por traerme a la mente semejante cosa. Durante 3 años tejí y destejí la misma chalina, hice un ajuar de bebé XXL, y le agarré fobia a las recetas y a la repostería. Lo que si recuerdo es que la profe Ana fue la primera en hablarnos abiertamente de la menstruación, como toda charla de mujeres, en la cocina, ja! que mueran las recetas y el punto cruz!! un abrazo y feliz día de las madres :)

Vania B. dijo...

Utópico: Exacto, TODOS a cocinar, a serruchar y abrir las puertas para ir a jugar. Punto.

Gigi: Cierto!!!!! la profe Ana fue la prpimera en hablarnos de la menstruación como lo que es, lo más normal del mundo, cero morbo. Me vino a la memoria la charla con el verde de las paredes y el ventanal enorme en el fondo de la cocina.

Un abrazote para los dos hasta el norte del mapa.

Liberador Critico dijo...

Vania B. de Chuquiago.
Excelente tu Capsula del Tiempo.
Si me permites usar tu capsula del tiempo, justo en este año como ejemplo y proyeccion del ser humano, en la edad respectiva, pues tu vivencia servirá de ejemplo positivo, para apreciar la asignatura en cuestion. Gracias por anticipado y felicidades.

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