viernes, abril 24, 2009

BARBIE NOVIA



Lo que menos quería en la vida era ser pobre y pasar por todos los sacrificios por los que pasó mi madre gracias a que mi padre se borró del mapa cuando yo tenía once años, por eso, la Kiki, mi mejor amiga, y yo teníamos un objetivo común desde que éramos changuitas en el colegio: encontrar a un marido que nos saque de pobres antes de cumplir veinticinco. Bueno, luego subimos el límite a treinta porque no imaginas lo difícil que es conseguir un tipo con plata que te tire bola así nomás desde cero, sin contactos clave, o sea re-difícil.

Cuando cumplimos diecinueve años nos teñimos el pelo de rubio cenizo, empezamos a dedicarle largas horas al gimnasio, entramos a cursos de Inglés y a la Universidad, pero la “U” era de lo más aburrida: nos tocaron unos cates viejos y feos y los alumnos eran unos greñudos sin futuro a la vista, nada que ver.

En vez de la Universidad, tomamos un buen curso de Secretariado Ejecutivo y de Inglés. En el Insituto, un grupo de birlochas envidiosas nos llamaba las Barbies. Como no nos interesaba ser sus amigas pues eran más feas que el diablo chupando un limón, nosotras, ni bola.

Al egresar del Instituto de Secretariado, la Kiki fue la primera en encontrar una buena pega: secretaria en la Financiera ABC. Cuatro meses después pudo encontrarme un trabajo de recepcionista en la misma empresa. Como ya teníamos un sueldito, invertíamos esa plata en nosotras: peluquería, cama solar, un mejor gimnasio. Poco a poco nos empezaron a notar. La Kiki fue la primera en ascender a secretaria del Gerente de Producción, un cuarentón solterón, calvo y antipático pero eso era lo de menos porque el sueldo era mejor.

Tiempo después, entró a trabajar él. Mi corazón dio un vuelco desde el primer día en que lo vi. Como él también me echó el ojo desde el primer día, no tardé mucho en ser su secretaria personal. Pese a que era casado, me convenció de salir alguna vez y en un viaje que supuestamente era de negocios me convenció de que su vida era miserable y que me quería. Yo no le creí mucho al principio, pero cuando me ofreció alquilarme un departamento en el edificio del frente de la oficina (que era de lujo) acepté recibirlo de vez en cuando. Así pasé de vivir en un cuarto alquilado a un depar a todo dar, buen paso, solo faltaba esperar que se divorcie, pero nada… no quería ni hablar del tema.

Pasaron tres años, pero él no cedía en lo del divorcio y ni si quiera lo pude convencer de que me compre un departamento, como había logrado mi amiga Kiki con un gringo viejo que había conocido en un boliche y que la tenía sobre todo. Me mataba de la risa cuando la Kiki me decía que su gringo era feo, y tan soso como un perro remojado en lavandina, pero que le daba todo y eso era suficiente.

El acabose fue cuando mi amiga Kiki se casó con el gringo viejo y platudo y solo faltaba un mes para que yo cumpla 28 años. Empecé a desesperarme y presionarlo para que se divorcie de su mujer, así que se me ocurrió una idea: embarazarme. Como su mujer no podía tener hijos, si yo me embarazaba era la excusa perfecta para que se deshaga de su mujer y formalice la relación conmigo. Nada. Cuando se enteró de mi embarazo casi me mata a golpes e hizo que me despidieran de la empresa, me quitó el departamento y me botó a la calle con lo que llevaba puesto.Días después de la golpiza que me tuvo en el hospital por tres días, perdí al bebé.

Ahora no tengo nada, pero la Kiki me ha dicho que su gringo puede recomendarme con algunos amigos para que me den pega, total, tengo casi dos años más para lograr todavía lo que quiero. Con algo de plata que me prestó la Kiki voy a hacerme una cirugía de busto y esta vez - juro por lo que más quiero - que esta vez... no me voy a enamorar.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buena che...

CUCHITA dijo...

se me partio el cucharon

Don Juan de Sarco dijo...

Al principio pensé que contabas tu propia historia che!, estuvo excelente.

Un abrazo

Vania B. dijo...

Richard: Gracias che.

Cuchita: A esa Barbie también.

Don Juan: Nop, yo me casé con un greñudo de la U sin futuro a la vista, que se convirtió en buen papá y buen trabajador. La Barbie esa se moriría de la envidia ;)

Lilyth dijo...

He sentido un "ras" por la espalda...

Arcángel Mirón dijo...

Y pensar que es real. Es decir, tal vez esta historia es ficticia, pero cuántas hay de verdad.
Es gastar demasiada energía en vano, ¿no?

Un abrazo, Vania.

:)

James dijo...

...espero que nunca me toque una mujer así. :/
...mejor me consigo una que tenga más plata que yo, por si las dudas :p

Vania B. dijo...

Lilyth: Un buen ras o uno de esos mala onda?

Gilda: Malgastar energía, tiempo y vida.

James: No es mala idea, pero pienso que a las Barbie novias se las puede desenmascarar con el tiempo.

Abrazos a todos.

Asesino De Leyendas dijo...

Conozco algunas así y hasta diría que me tocó una barbie... lástima que uno se da cuenta tarde, pero más vale tarde que nunca jeje...

Saludos

Luna dijo...

q historia mas jodidaaaa
me gusto el realismo crudo..
la triste realidad de muchas personas barbie.

Vania B. dijo...

Asesino: Más vale tarde que nunca.

Lunita: Triste y vacía.

Abrazos para los dos hasta la ciudad de los anillos.

utópico dijo...

me gusto, interesante. entretenido, me mantuviste en vilo. segui creando, buenos augurios para vos.

;-)

un abrazo!

NiNoSkA NoGaLeS dijo...

estoy lagrimeando y es enserio.....
:(

Unknown dijo...

Que gran cuento. Tiene tanta fuerza porque es una historia casi cotidiana. Conozco un par de barbies, de las que se logran casar con el gringo viejo y las que dejan el corazón en el camino.

Vania B. dijo...

Utópico: Gracias por los buenos augurios. Un abrazo hasta el norte.

Nino: en serio?. Debe ser complicado querer ser una Barbie después de todo.

Oscar: El mundo se llena de Barbies cada vez más, y es que la tele te mete la idea que tienes que tenerlo todo para ser feliz, todo. El amor, no importa.

Un abrazote a todos.

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