- No porque este duende no era mentiroso, la de Pinocho tiene ramitas y si miente mucho hasta el nido de un pajarito, acaso no has visto la película negrito?)
Imagínense la cara del chivo Bruse pequeño, casi se hace ahí mismo, pero habiá respirado y habiá respondido con su vocecita así apenitas…
- Mmmmm a ver… bueno ya, total eres muy flaquito, tus piernas enclenques más hambre me van a hacer dar. Ya, andate chivo desaparecé hacete feis ahorita o igual te morfo.
- ¡Quién pasa por mi puente! -Preguntó el duende.
- Este…soy yo, el chivo Bruse mediano- Mi hermanito ha pasado hace un ratito, yo voy con él al monte
-Ah qué chistoso, y yo te voy a dejar pasar no ve? No te pases chivo, ¡Ahora voy y te como!- gritó el duende
-¡Nooooooooo! ¡No me comas! Si esperas un poco, ahorita viene el chivo Bruse grande, vas a ver duende, a mí no vale la pena que me comas, él es graaaannnnnde!
- Bueno ya, pasá apurate antes de que me arrepienta.
El chivo Bruse mediano ha corrido como nunca y ha desaparecido, como una flecha ffffiiuuuuuu!
Cuando al poco rato… TRIPP TRAPP TRIPP TRAPP se escucharon unos pasotes que hacían temblar el puente.
-¡Quién cruza mi puente! -Preguntó el duende.
- SOY YO EL CHIVO BRUSE GRANDE- contestó con una voz así ronca y tan fuerte que casi le hace atorar al duende. - ESTOY YENDO AL MONTE A COMER PASTITOOOO.
-¡Ahora voy y te como!- gritó el duende.
-¡Ven nomás duende trucho, de un sopapo te voy a dejar p’aspa tu cara y de una corneada te voy a mandar lejos así hasta la luna, vas a ver!
(- ¿Qué es paspa mamá?
- Cuando hace frío y no te pones crema a tu cara, la piel se te vuelve dura, se raja y es así como la lima de uñas te ubicas?
- Sí)
Bueno, sigamos... entonces el duende le habiá dicho:
- Pucha qué alaraco eres chivo, ahorita te morfo y hasta ahí llegó tu vida de estrella ñajajajaja- y al acercarse al chivo, este le dio con los cuernos en pleno traste que lo elevó hasta el cielo – ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh gritó el duende y "clic" desapareció.
- Los otros chivos le estaban haciendo barra pues hijito a ver usá tu imaginación
- Ah yo pensé que ya estaban comiendo
- Buena idea ratita, buena idea).
Bueno, la cosa es que el duende habiá desaparecido… para siempre
(- Se quedó a vivir en la luna?
- Bueno negrito me vas a dejar terminar el cuento o no.
- No terminó todavía mamá?
- No ratita falta un poquito)
Entonces, los tres chivos Bruse estaban chochos saltando de felicidad, yessss
- el monte es nuestro, el monte es nuestro
Habián comido hartísimo pasto, pero hartíiiiiiisimo, y sus barrigas estaban enorrrrrrrrrmes, tanto que ya ni podían caminar y menos cruzar el puente, así que se han quedado en el monte para siempre, felices de la vida. Y colorín colorado, este cuentito se ha acabado. ¿Qué tal?
Este es el cuento favorito de mis hijos, y hoy se los conté de nuevo después de mucho tiempo. Lo teníamos en un libro de cuentos nacionales que se publicaban periodicamente hace años: Correveydile si no me equivoco. La versión que nos ha acompañado por muchos años es la de Víctor Montoya.