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Mi papá, que vive en La Paz, me contaba que la última vez que se aruinó su auto, fue al mecánico y le comentó en voz alta "este auto de m...da es un desastre si esta vez más no funciona lo voy a vender" - y el mecánico, apodado el Diablo le había dicho: "no hable así pues Don Oscar, el autito se va a resentir y después no quiere funcionar". Un paréntesis: el sobrenombre del mecánico es Diablo porque tiene todos los dientes de adelante forrados en oro y no es precisamente un adonis.
Otra prueba de que tratamos a los automóviles como personas: cuando compramos un auto nos tomamos un fin de semana para llevarlo a bendecir.
En cuanto llegamos a Cotoca nos indicaron donde era la cola para la bendición. Compramos nuestra “ficha” pagando 10 lucas y nos pusimos a la fila entre dos micros adornados con colores superchillones y tapetes con las figuras de la virgen de Cotoca y la de Urkupiña. Evadimos a un montón de niños que nos querían encachufar rosones de papel, tapetes de un color guindo sangre con letras doradas y un sinfín de cosas. Compramos un rosario y en cuanto nos tocó la bendición mi marido abrió el capó para que el agua bendita llegue al motor, así que se acercó un cura viejito que tenía un baldecito tipo champañera y con un pequeño ramo de flores le echó agua bendita del baldecito al motor, a los cuatro “propietarios” haciendo énfasis en el chofer, y a los asientos del auto. Un camarógrafo se apareció de la nada, nos tomó una fotito y listo, nuestra conciencia ya podía estar tranquila: cualquier k’encherío (mala suerte) iba a desaparecer del autito porque ya estaba bendecido.
Otra costumbre es poner inscripciones en la parte de atrás de los autos. Esta costumbre, en la parte occidental del país generalmente la tienen los dueños de los micros, los taxis y los minibuses. Aquí en Santa Cruz es común ver hermosas vagonetas con las siguientes inscripciones:
Las inscripciones que me deleitan son las que generalmente uno encuentra en los micros y taxis porque son a cuál más ocurrentes:
“Que Dios te de el doble de lo que me deseas”
“Si la envidia doliera, tú andarías gritando”
“No tengo ni un peso, pero todas dicen que soy rico”
“Sonríe, tu mujer me ama”
“Terror de la suegra”
“A mí no me nadie” (Esa me hace recuerdo al Jotita)
En la ciudad de los anillos se acostumbra poner la siguiente inscripción en la parte trasera de los autos, especialmente en los que realizan algún tipo de servicio al público: “...Si manejo mal llame al 3448866” o cualquier teléfono. Hace algún tiempo ya se popularizó, especialmente en los taxis: “Si manejo mal… fuck you” y el dibujito de un niño con la cara de malcriado mostrando el trasero o haciendo pis.
Hoy vi una inscripción que me pareció un chiste, esto por el auto en el que venía escrita: uno color plomo bien remachado y viejito que tenía en el vidrio de atrás escrito “Soy oligarca, y qué”.