viernes, octubre 27, 2006
SEBASTIAN SEMILLITA
Era verano cuando Sebastián llegó a la barriga de su mamá. Nadie sabía todavía que estaba allí pues era chiquito chiquito del tamaño de una semillita, pero él ya podía escuchar las voces de los que serían su familia.
Ese día que llegó a la barriga, la primera voz que escuchó fue la de su papá Vlady, la voz le pareció amable y cálida. Luego escuchó la voz de su mamá. Se emocionó mucho Sebastián semillita de escuchar por primera vez las voces de quienes dentro de algunos meses iban a ser sus padres y lo iban a apapuchar y querer el resto de su vida. Un ratito después escuchó la voz de un niño: escuchó que se llamaba Rodrigo.
-Esto es súper - pensó Sebastián semillita, - ¡Voy a tener un hermano mayor con quien jugar!
Y Sebastián semillita quería que sus padres y su hermano notaran su presencia, pero faltaba un poco todavía para eso.
Pasaron algunas semanas en las que Sebastián semillita fue creciendo y creciendo, alimentándose de su mamá. Ya tenía un corazón fuerte y sano latiendo a mil por hora, en especial cuando escuchaba las voces de sus padres y de su hermano. También su cerebro se estaba formando y ya podía pensar e imaginar más cosas, hasta soñar.
Cuando ya tenía pequeños bracitos y piernitas su mamá al fin se enteró de su existencia. Lo vio a través de un aparato que tenía el doctor. Él la saludó como pudo moviendo su manito derecha, pero como era todavía tan chiquito su mamá no se dio cuenta del saludo. El doctor le dijo que el bebé iba a nacer en la primavera - ¡Qué linda estación del año para nacer! – dijo su mamá.
La mamá de Sebastián estaba feliz, así que avisó a toda la familia que iba a haber un nuevo integrante en la familia. Todos se alegraron mucho pero el más feliz era el hermano de Sebastián, Rodrigo, pues le parecía genial tener un hermanito para no estar solito y así poder jugar todo lo que se le ocurra.
Cuando era otoño ya Sebastián no era más una semillita, sino un hermoso bebé creciendo en la barriga de su mamá y además el doctor ya les había dado la noticia de que era un varoncito.
Todos se pusieron en campaña para encontrar un bonito nombre, pero él ya tenía uno, se llamaba Sebastián, así que se puso a pensar en la forma de hacerle saber a su mamá su nombre, no vaya a ser que lo llamen Ermenegildo o Sinforoso y no porque sean nombres raros, sino porque él se llamaba Sebastián y punto. Fue así que una noche, mientras sus papás dormían, se concentró mucho y empezó a pensar únicamente en su nombre… Sebastián…Sebastián…su corazoncito latía rapidísimo y él trataba de no moverse para que su mamá no se despierte y pueda escuchar con su corazón lo que él quería decirle. Pasaron como cinco o diez minutos, que a él le pareció una eternidad. Ya estaba cansado, sobretodo de no moverse porque él generalmente era como un pequeño torbellino dentro de la barriga de su mamá. Sebastián se durmió, pero al día siguiente (el sabía que era de día porque oía la voz de su mamá hablándole y hablándole a su papá y a su hermanito) supo que su mamá le había escuchado, pues le dijo a su papá Vlady: este niñito se llama Sebastián. – ¡Viva! Dijo Sebastián!, ¡ya saben mi nombre!
Y así fue como llegó el invierno y luego la primavera y qué creen… pues un 2 de Octubre del año 1999 a las nueve de la mañana internaron a la mamá de Sebastián en la clínica y como a las diez de la mañana ¡nació Sebastián!. En la sala de espera estaba toda la familia: el papá Vlady, el hermano Rodrigo, los abuelos, tíos y amigos de la familia. En cuanto Sebastián salió de la barriga, el doctor lo puso al lado de su mamá y ella pudo ver su cara morenita, sus cejas gruesas y oscuras y le dio un beso en su frente tibia. Por fin estaba en el mundo, por fin pudo sentir en su cuerpito el abrazo de los suyos. Se sintió muy feliz y cansado, pues nacer no es algo que se hace todos los días…
jueves, octubre 26, 2006
RIO - PARTE I
Como es un poco largo, ahí les va la 1º parte.
No sé porqué tengo la impresión de que en alguna vida anterior, si es que la reencarnación existe, he sido negra. Y no lo digo solamente por que cuando ando con el cabello suelto parezco un negra recién llegada del kilombo (léase kilombo como una comunidad de esclavos prófugos, no como el recinto donde se dan cita mujeres con el honor distraído), sino porque cuando escucho cierto tipo de música como la samba brasilera, bosa nova, son cubano, festejo peruano, saya boliviana, etc., mi corazón late a mil por hora. Hay que considerar que toda esta música tiene como tronco común la música africana traída por los esclavos a nuestro continente. Bueno, esta es una de las razones por la que he sido muy feliz en Río los pocos días que pude disfrutar de esa bella ciudad.
Llegué un Sábado por la noche como a las 10 más o menos. Después de dejar mis cosas en el hotel, me cambié y Vladisao me llevó en bus a Rio Scenarium, un boliche (pub) de lo más alucinante instalado en un caserón del siglo XIX, situado en el centro de Río (Lapa). Este pub, además de tener como atracción el caserón mismo, pues está lleno de antigüedades en diferentes ambientes, tiene música popular brasilera en vivo y en toda su gama y belleza.
Domingo.
El Domingo: playa. Copacabana es sin duda la playa más conocida de Brasil. Nuestro hotel estaba a una cuadra de la famosa Avenida Atlántica, en la esquina de Francisco Sá y Nuestra Señora de Copacabana.
La playa repleta de gente de todo el mundo: claros y oscuros, flacos, gordos, viejos y jóvenes, todos disfrutando del sol de invierno (fui a principios de Junio), el mar azul y la arena blanca, suavecita y granulada como azúcar. Todos realizaban alguna actividad: fútbol de playa, voley y ese tipo de voley que se juega con técnicas de fútbol, vendiendo todo tipo de cosas, haciendo ejercicio, etc. como para no aburrirse.
Como siempre yo capísima me olvido llevar lo esencial para la playa: un “traje de baño”, así que me compré un bikini de un vendedor ambulante: el más grande que encontré (el que tapaba más), y bueno, yo chocha con mi biquini brasilero (claro que Vladisao me prohibió terminantemente usar la prenda para ir a la piscina por que dizqué es muy indescente, en fin).
Una de las características más notables de esta playa es la ya clásica calzada hecha en piedra portuguesa blanca y negra donde cada pieza mide según mis cálculos 5 x 5 cms. formando en conjunto un mosaico con ondas cuya sinuosidad reproduce las olas del mar.
Otra de las cosas que me encantó de esta playa fue su ciclovía. Esa sí es una ciclovía, no la “rayita” amarilla hecha con una pintura al agua y de dudosa calidad que una vez hace mucho tiempo hizo pintar el entonces alcalde de La Paz Cheato Valle, con el descaro de inaugurar la supuesta ciclovía con gran pompa, regocijo general y poco faltó para que en la inauguración se incluya una entrada folklórica con tan bello motivo. Por si acaso es Cheato, no Chito, pues estoy de acuerdo con Puka Reyes Villa que en un artículo de prensa lo re bautizó así por lo tramposo pues cheat en inglés significa trampa, chanchullo y todas las ramas afines.
Luego de la playa, no podía faltar la tradicional Fejoada, preparada con: porotos negros, cebolla, chancho (patitas, orejas y costillas), longaniza, carne de vaca, charque, chorizos, tocino o panceta, ajíes rojos, perejil y limón, y acompañada por farofa (harina de mandioca), arroz blanco, naranjas peladas cortadas en rodajas y una ensaladita que parecía de acelga, pero no estoy muy segura y yuca frita, todo esto con una una Caipirinha de abacaxi (piña) y otra Caipirinha tradicional. Una delicia. Claro que no creo que sea recomedable comer esta exquisitez en días de semana cuando se tiene que ir a la oficina y peor si es que debe llegarse al lugar de trabajo en ascensor, por probables peligros de fugas indeseables.
Como el restaurante en que comimos estaba en Ipanema, estábamos a un paso de la feria Hippie, que se celebra todos los domingos en la Praça General Osorio de esa zona. Hay un sinfín de artesanías de todo tipo, desde pinturas, creámica, talla en madera, prendas de vestir, hasta muebles, todo muy bonito.
Para finalizar una agitado Domingo fuimos al Teatro Municipal de Niteroi, que es una ciudad a la que se llega atravesando el Puente Presidente Costa e Silva que une Rio con Niteroi y que tiene aproximadamente 14 kms de largo y está construido sobre el mar, así que al pasar por allí pueden verse los barcos y catamaranes que atraviesan la llamada Bahía de Guanabara.
En el teatro, que según tengo entendido fue construido a mediados del siglo XIX, se estaba culminando el proceso de restauración. No es muy grande pero está lleno de detalles hermosos como los frescos pintados en el cieloraso. En este teatro presentaban Carmen, pero no en la versión original de Georges Bizet, sino en una adaptación libre del coreógrafo argentino Luis Arrieta. Entre paréntesis Carmen es la ópera favorita de la Marilusa (mi suegra). Bueno, bajo mi precario entendimiento de este tipo de trabajos me pareció muy interesante, pero supongo que quienes gustan de versiones clásicas, como mi suegra, probablemente hubieran sufrido un soponcio en algunas escenas.
La segunda parte mañana, con algunas fotitos incluidas.
sábado, octubre 14, 2006
AUTOEXILIO
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V- Hola ratita quá haces?
R- Aquí nomás buscando un trabajo.
V- Qué bueno mi amor y a qué te vas a dedicar, porque te aviso que no pagan por echarse en la cama y leer Condorito. (Si no yo sería millonaria)
R- No, estoy leyendo el Atlas
V - ¿?
R- El Atlas mamá, porque estoy escogiendo a qué país me voy a ir a trabajar.
V- Pero por qué no consigues un trabajo aquí mejor hijito?
R- No mamá, es que aquí la gente para peleando, nadie quiere a nadie, el Evo es... ay no sé mamá, mejor cumplo 22 años y me voy.
V- jajaja ay ratita, cuando llegue a la casa hablamos con calma bueno?
R- Bueno
V- Chau hermoso.
R- Chau mamá.
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martes, octubre 10, 2006
1982
Hace 24 años mi hermana Liz había cumplido 8 y mi hermano menor estaba aprendiendo a caminar.